Blockchain, democracia y holocracia

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El impacto de las tecnologías en la creación de nuevos sistemas políticos.

La percepción generalizada sobre el impacto de tecnologías en los regímenes democráticos se ha limitado al posible uso para hacer más funcionales los sistemas electorales; esto mediante el voto electrónico o el impacto que las mismas tienen sobre los votantes y las contiendas electorales.

Desde la posibilidad de votar utilizando tecnología blockchain hasta la posible regulación de redes sociales, por el impacto que pueden tener sobre el resultado de una elección. El problema del cambio tecnológico ha sido abordado siempre dando por sentado que se verifica dentro de una superestructura de democracia representativa.

Sin embargo, no hemos dimensionado que las tecnologías actuales tendrán impacto sobre las estructuras que mantienen a la democracia representativa. También, sobre la posibilidad de implementar otros regímenes políticos que antes eran imposibles por diversas limitaciones fácticas que pueden ser superadas mediante la tecnología.

Impacto en la democracia

Sin caer en una utopía cibernética, consideramos que las nuevas tecnologías permitirán reconstruir varios ámbitos de la vida pública y privada de las personas. El internet y sus tecnologías derivadas son factores que penetran lo suficiente y permiten replantear diversas realidades.

Tenemos diversos ejemplos sobre el impacto que las tecnologías tienen sobre los procesos democráticos. Las redes sociales son, en la actualidad, un factor primordial para hacer campañas políticas e influir en el ánimo del electorado, al saber en tiempo real sus inquietudes y necesidades.

Impacto de redes sociales

La importancia e incidencia que tienen sobre las elecciones y el gobierno democrático, ha llevado a las autoridades a cuestionar la posibilidad de regular lo que hacen las redes; esto a efecto de evitar que se generen efectos perversos que terminen por confundir al electorado o gobernado. La diseminación viral de noticias falsas, de información dirigida según sesgos ideológicos o sociales y contenido de dudosa legal o moral, entre otros; son claros problemas que nacieron con las redes sociales y que pueden incidir profundamente en un proceso electoral.

Así, las redes sociales no ayudan a promover la democracia, terminando por asfixiar al disenso en favor de posiciones gubernamentales de censura digital, utilizando los mismos medios. Se nos olvida que todo gobierno también puede pagar bloggers, bots y trolls, a efecto de desvirtuar cualquier tipo de expresión política o social.

Lo anterior requiere por lo menos del establecimiento de ciertos límites materiales sobre lo que se puede hacer y decir dentro de una red social. Al mismo tiempo, cualquier intento de regulación es vista por todos como un intento velado por censurar la libre expresión que existe en estas plataformas. Queda claro que las mismas plataformas han tomado medidas para tratar de eliminar problemas como spam, cuentas falsas, trolls, bots, fake news y otros; estas han tenidos resultados que dejan mucho que desear.

A pesar de esta cuestión, es difícil establecer una correlación entre el uso de las redes sociales y una afectación concreta en la realidad. Así, las redes sociales sólo sirven para comunicar un descontento social y problemas políticos prexistentes, pero sin que sean un factor que juegue en contra de la democracia.

Otras tecnologías

Por otra parte, existen tecnologías que parecen ser una promesa para garantizar que los procesos democráticos reflejen los votos depositados en las urnas. La tecnología blockchain permitirá en un futuro cercano que las personas puedan votar de forma segura desde cualquier lugar del mundo; esto sin que sea posible alterar el sentido de su voto y pudiendo obtener un resultado de forma casi instantánea.

Existen muchas dudas sobre los beneficios de este tipo de sistemas y si realmente son a prueba de cualquier intervención exterior que pudiese alterar el resultado.

Hasta ahora, el debate ha estado centrado en cómo la tecnología afecta o mejora las democracias representativas. Creemos que es necesario considerar que las nuevas tecnologías pueden tener como consecuencia la desaparición de la democracia para dar paso a nuevos regímenes políticos.

Las tecnologías permiten la implementación de condiciones como en materia de seguridad o rendición de cuentas; logrando hacer funcionales a otro tipo de regímenes políticos distintos a la democracia que conocemos hoy en día.

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Otros regímenes políticos

Si las tecnologías están modificando cuestiones estructurales del sistema económico actual como economía colaborativa, monedas que no dependen de un sistema centralizado, etc; entonces, seríamos ingenuos en pensar que las mismas no afectaran a los regímenes democráticos y su arquitectura.

Independientemente de las cuestiones éticas y morales que siempre hacen deseable un régimen democrático, es necesario considerar que las tecnologías permiten reconfigurar el contrato social; a efecto de otorgar resultados que van más allá de la participación de las personas en la elección de representantes o mediante mecanismos de democracia directa.

Por ejemplo, tenemos a la futarquía propuesta por Robin Hanson; se define como un modelo donde los gobernantes electos proponen diversas políticas públicas, mismas que se ponen a competir en un mercado de predicciones para definir cuál podría tener mayor éxito.

Holocracia

También podemos considerar a la holocracia; propuesta nacida en una empresa de tecnología mediante la cual se rompe con la idea de que toda organización debe estar estructurada en términos jerárquicos. En este, los individuos son piezas autónomas pero forman parte de un todo; este define el alcance de sus funciones gracias a las facilidades tecnológicas que permiten asignar tareas y darles seguimiento puntual.

Por otra parte, existen posiciones que definen la calidad de un régimen político en función de la posibilidad que tiene toda persona de salir del mismo y no en función de la posibilidad de participar. En este sentido, no importa que puedas votar o no para expresar lo que quieres de tu gobierno; sino que te puedas mudar a otro lado en caso de que no te guste tu gobierno.

Es sobre esta idea que se ha propuesto la creación de regímenes políticos, inspirados en las grandes corporaciones mercantiles como la East India Company; donde se basan en la elección del mejor administrador posible a efecto de que conserve y haga crecer el patrimonio de los habitantes.

El control sobre su entrada y salida se justifica con la posibilidad de establecer tecnologías que permitan que el uso de armas asignadas al ejército y policía dependa específicamente de un permiso otorgado por medio de un código.

La sociedad postcapitalista está a la vuelta de la esquina. Para algunos la profecía de Marx anunciada en su “Fragmento de las máquinas” está a punto de cumplirse. Así, la mayor parte del trabajo será hecho por máquinas, por lo que tendremos que replantear conceptos como el trabajo y el valor que da a las cosas, y la dignidad humana. Para otros viene una época de prosperidad y seguridad sin paragón que estará acompañada por un crecimiento del estado policial.

Es claro que el impacto de la tecnología en la economía tendrá a su vez repercusiones serias sobre las formas de gobierno del futuro. Tal vez es momento de empezar a hablar de ello.

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