De acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), serán muchos los beneficios que ganará la economía mexicana cuando comience a escuchar, ver e incluir a las mujeres.
Si bien, en 2019 las mujeres alcanzaron una tasa de participación de 45%, la más alta en desde 2006, la pandemia hizo que el avance retrocediera hasta 41%, cifra que se tenía en 2005. No obstante, pese al retroceso, el pronóstico del IMCO para el 2030 es optimista, siempre y cuando México trabaje por alcanzar niveles de participación femenina similares al de los países de la OCDE.
Si cada año en los próximos 10 años se incorporan 816 mil mujeres a la economía mexicana, el crecimiento del PIB sería equivalente a 3.5 billones de pesos adicionales. Además, aumentaría el ingreso nacional atribuible a las mujeres en 31%.
Lo anterior no sólo impactaría en la autonomía de las mujeres, sino también en ingresos u ahorros familiares, rentabilidad de empresas y en el desarrollo del país.
Hay que tener claro que una verdadera participación femenina implica reconocer los derechos de las mujeres y garantizarlos por medio de políticas públicas y organizacionales, estratégicas, bien estructuradas y genuinas.
Entre las acciones que Dalia Empower recomienda para conseguir que cada vez más mujeres se desarrollen en el mercado laboral destacan: incentivar la certificación de empresas con la norma 025 en Igualdad Laboral y No Discriminación, incentivar créditos a pymes que contraten a mujeres después de un embarazo, y transparentar políticas de inclusión y representación de mujeres en empresas mexicanas.