Un emprendimiento nacido en Tuluá, Valle del cauca, Colombia, fabrica juguetes de madera que permite a los pequeños trabajar con autonomía, libertad, su autoconfianza y autoestima. Entre uno de sus fuertes está el ser amigable con el medio ambiente, debido a que emplea pintura a base de agua, selladores ecológicos y cera de abejas. Esta es la historia de éxito de una mujer emprendedora.
Marisabel Jaramillo, es psicóloga de profesión y líder del emprendimiento ‘Juguetes Hatúa’. En una entrevista para el espectador, comparte cuáles son los retos y metas que se ha establecido con este proyecto, además de contarnos más sobre en qué consiste el negocio.
El poder de las ideas en acción
Los juguetes de madera están inspirados en las pedagogías Waldorf, Pikler y Montessori. En 2016, Marisabel hizo una formación en pedagogía Waldorf, debido a su interés en la educación infantil y cómo es que la educación tradicional limita las capacidades y habilidades de los pequeños. Ese mismo año quedó embarazada y en abril de 2017 nació su hijo junto a una idea de negocio a punto de germinar.
Buscó juguetes para su hijo basados en la pedagogía que había estudiado sin encontrar uno solo, así que decidió mandar hacer uno (sonajero de piso diseñado para gateadores). El juguete despertó el interés de una amiga de su madre y se lo vendió. Con el dinero, mandó hacer 4 juguetes más y después los comercializó en Facebook a partir de mayo de 2017. En agosto de ese mismo año, y siguiendo el consejo de su esposo, Frederick, decidió abrir su cuenta en Instagram y dar el siguiente salto. Para entonces, su esposo renunció a su trabajo para ayudarle en la fabricación de los juguetes.
Emprendimiento con propósito
En la entrevista, Marisabel comparte que gracias a su emprendimiento ha conseguido que a educación de los niños y las niñas de Colombia procedan desde una mirada más individual y consciente a la vez. El diseño de estos juguetes permite que los adultos acompañen a los pequeños en su exploración y descubrimiento del mundo que los rodea. Aprenden a crear, equivocarse, pero muy especialmente en ser ellos mismos.
Lo que hace únicos estos juguetes es la posibilidad de cambiar la mente de los pequeños desde edades muy tempranas. A medida que se desarrollan no verán el equivocarse como algo negativo, sino como parte del proceso de aprendizaje. Convertidos en adultos, esto evitará que se sientan frustrados ante una derrota, limitado sus capacidades de probar algo nuevo.
Los juguetes Hatúa son desestructurados. No incluyen sonidos ni instrucciones. No porque las hayan olvidado, sino porque es parte del juego, permitiendo la creación de formas ilimitadas basándose en la creatividad de cada pequeño, invitándolo constantemente a pensar y desafiarse así mismo.
Los retos de la mujer emprendedora
El emprendimiento es un estilo de vida. Los emprendedores que portan la camiseta de sus proyectos y luchan por conseguir sus metas, son los que al final del día logran alcanzar el éxito. Los retos a los que se ha enfrentado Marisabel consisten en la fabricación de los juguetes a mano, administración de la página web, los clientes, el contenido multimedia y las redes sociales, así como factores externos como proveedores, trasporte, colaboradores, insumos, etc.
No obstante, estos desafíos no la desaniman, por el contrario, la motivan a seguir adelante con su idea de negocio intentando mejorar cada día. La innovación no queda exenta de su proyecto, y busca constantemente la manera de innovar o mejorar lo que ya se hace, así como la incorporación de nuevos modelos de juguetes siguiendo la línea original.
¿Están listos para ver sus ideas en acción?