Cada día existen diferencias más marcadas en la creación y clasificación de empresas o startups; respecto a su crecimiento, escalabilidad, innovación, propósito y cada vez más frecuente:
“El impacto positivo que dejan en la historia de la humanidad y el planeta”.
Por lo que se ha vuelto indispensable tanto para emprendedores como para inversionistas, entender qué tipo de empresa es la que se está conformando, financiando y así poder definir una ruta estratégica y específica para su crecimiento.
Si bien es cierto que la creación de empresas representa una parte fundamental para el desarrollo de la economía de un país, no necesariamente un país con altos índices de emprendimiento refleja prosperidad. Al contrario, países con niveles muy altos de emprendimiento en profesionales están directamente correlacionados a que no hay suficientes empleos de calidad para satisfacer al talento de la población.
La esperanza de vida de una empresa es de 1 a 3 años. Y de acuerdo a un estudio realizado por el “Failure Institute”, esto se debe principalmente a factores de planeación estratégica en un 25% y de finanzas en un 39%, dentro de las startups que no han podido cruzar el famoso valle de la muerte.
De hecho 1 de cada 10 emprendimientos no sale de ese famoso valle.
¿Cómo afrontan este proceso las empresas?
Recordemos que:
“No necesitamos más emprendedores, necesitamos mejores emprendedores”
Abre bien tu mentalidad en el emprendimiento y los negocios. A continuación, te presento la diferencia entre una empresa unicornio, cebra y la mentalidad de camello que debes tener para esta nueva era en la consolidación de startups.
Empresa Unicornio
Es aquella empresa emergente que crece de forma exponencial y tiene el objetivo de ser valorada en más de mil millones de dólares.
Esto se logra detonando innovaciones en el mercado que generen un monopolio en los primeros años, buscando su financiación a través de procesos de levantamiento de capital constante y grandes inversiones para consolidarse.
Empresa Cebra
Nació en el 2017 por cuatro mujeres emprendedoras que encontraron muy complicado obtener financiación para sus startups bajo un esquema tradicional de inversión de riesgo contra retorno.
Por lo que añadieron un tercer factor a considerarse: el impacto positivo, que generará el negocio a lo largo de su crecimiento.
Así se define como aquella startup que busca ser rentable pero también mejorar las condiciones sociales y ambientales de su entorno durante su camino.
A pesar de estas grandes diferencias en las características de las empresas, hoy en día es indispensable recalcar que para esta nueva economía a la que nos enfrentamos, las empresas que están naciendo y también aquellas que están sobreviviendo y creciendo, ya sea que se conviertan en futuros unicornios o cebras; lo verdaderamente importante e indispensable para superar el valle de la muerte, es contar con una mentalidad de “startup camello”.
Mentalidad de Camello
¿Por qué un camello? Son animales que se pueden adaptar a todo tipo de climas, capaces de sobrevivir sin comida ni agua durante meses.
En un escenario donde la economía puede asemejarse a un desierto para las startups, es decir, con escaso o nulo financiamiento; se requiere la capacidad de mantenerse sin la necesidad de agua.
Puede sonar increíble, pero ¿cómo se logra esto?
- Son startups con metas a largo plazo que están conscientes del valle de la muerte, priorizan la sostenibilidad desde el primer momento e invierten su capital en el desarrollo de un nuevo producto o servicio con agilidad e innovación para su supervivencia, consiguiendo que no se hundan económicamente de manera desproporcionada.
- Conforman un esquema de crecimiento estratégico a través del talento, reduciendo los costos operativos y contratando más talento cuando aumentan los ingresos; a esto se le conoce como “Accountability”, donde el desarrollo de liderazgo es esencial para trabajar no como máquinas, sino como organismos capaces de dar respuestas colectivas a su entorno para sobrevivir y adaptarse cuando este cambia.
- Tienen una agilidad para el desarrollo de negocios basada en micro experimentos que les permite monetizar desde los inicios, por la diferenciación que tienen sus productos o servicios, a través de un alto valor agregado y escasa competencia.
Así continúan diseñando y diversifican su modelo de negocios con un amplio portafolio de productos y servicios variados; al igual que las geografías donde se llevan a cabo.
Una buena forma de adquirir esta mentalidad camello es aprender a detonar la innovación social o ambiental para mercados emergentes.
Existen escenarios de formación de emprendedores que utilizan metodologías ágiles en diseño y colaboración, normalmente conocidos como “Laboratorios”.
En México por ejemplo, existe un laboratorio de emprendimiento e innovación social creado por la organización “ESMEX” donde te enseñan rutas metodológicas para agilizar e impulsar la creación de negocios con alto impacto.
Basado en datos del reporte anual de “Global Impact Investing Network” la inversión en empresas que generan impacto se ha dirigido principalmente a los sectores de:
- Vivienda
- Inclusión Financiera
- Energía
- Salud
- Agricultura
- Alimentación
A pesar de que el principal escalón para detonar esta financiación es generar una propuesta de inversión lo suficientemente estructurada; las condiciones del mercado han cambiado y mejorado drásticamente en los últimos años en América Latina, y se expande cada vez a más industrias.
De acuerdo a Elena Bello, periodista especializada de IEBS Business School:
“Las startups camello están preparadas, son conscientes y capaces de actuar rápido ante las amenazas de cualquier frente, por lo que recurren al financiamiento cuando quieren, eligen cuando y de quien aceptarlo al tener una estrategia sólida de utilizarlo para crecer y no para sobrevivir”.
Así que ahora lo sabes; una mentalidad camello puede marcar la diferencia en el crecimiento de los negocios que se posicionarán como líderes de industrias en los próximos años a través de su agilidad, innovación, impacto y capacidad de supervivencia ante las crisis.