Uno de los factores clave para hacer crecer tu negocio, idea o proyecto es el obtener financiamiento, y una de las formas más efectivas para lograrlo es a través de inversionistas.
¿Por qué? Principalmente por dos factores:
- Proporciona capital para tu negocio.
- Aporta experiencia, canales comerciales e incluso herramientas tecnológicas o habilidades para que tu proyecto sea todo un éxito.
Además, al igual que tú, un inversionista es una persona que apuesta por tu empresa, y está dispuesta a aceptar el riesgo tomando precauciones y cautela para que su inversión asegure un retorno más una ganancia generada de esta sinergia.
Si estás en búsqueda del crecimiento en tu empresa y de capital, he aquí estos diez aspectos clave para presentarte ante inversionistas.
Conoce tu modelo de negocios a la perfección
Primero, tienes que entender cómo funciona tu negocio: ¿cómo genera dinero? ¿Cómo es que vendes? ¿A través de que canales distribuyes? ¿Quién es tu consumidor final? ¿Dónde están tus intermediarios? ¿En qué proceso de la cadena productiva estas? Estas son ejemplo de algunas preguntas clave y de las que tienes que realizarte previo a solicitar alianzas con un inversionista.
Recuerda que al igual que tú, el inversionista busca crear crecimiento en sus recursos, por lo que será muy sigiloso preguntando y entendiendo cómo es que generas valor para tu empresa, la comunidad y el personal. Algo súper importante: explicar cómo vas a hacer que crezca la empresa.
Saber hacia dónde va tu negocio
Tener visión y objetivos claros junto con un plan para llegar a ellos, generará confianza con tu futuro socio. Tanto tú como el inversionista, tienen sus propias perspectivas, y al ser tú el principal stakeholder de este sistema llamado sociedad, debes de tener claro cuál es el camino a seguir y cómo lograrlo. Para ello, es necesario hacer una planeación estratégica poniendo tu modelo de negocio a prueba en diferentes escenarios y realizando las acciones propias para alcanzar los objetivos propuestos desde un inicio. Con esto, lograrás verte como un emprendedor preparado y confiable.
El factor clave: el equipo de trabajo
Si bien las empresas se constituyen bajo una personalidad moral legalmente y funcionan como órganos independientes, éstas son dirigidas por personas. Detrás de las organizaciones existen individuos que toman decisiones, ofrecen valor a las empresas y el reflejo de sus conocimientos y valores se ven en los productos y servicios ofrecidos.
Es por esto que contar con un equipo de trabajo que tenga actividades y roles específicos, siendo expertos en sus áreas y que hagan buena sinergia con todos los miembros del equipo, resultará más atractivo ante los inversionistas.
¡Las estructuras sí importan!
Este punto va enlazado con el anterior, pues cada miembro del equipo tiene roles y actividades específicas, por lo que es de suma importancia que realices algún esquema que facilite entender qué hace cada quién y cómo.
Por otro lado, si tu emprendimiento ya está consolidado en un negocio formal, no sólo es importante cómo se conforma la partida de sociedad, sino también la estructura del Gobierno Corporativo. Siempre es bueno tener las reglas claras sobre quién o quiénes toman las decisiones, bajo qué esquema y, si hay personas consejeras o externas a la empresa que den consultoría o retroalimentación.
¿Cuánto vale mi negocio?
En un emprendimiento o en un proyecto inicial es difícil saber cuánto vale tu negocio, pero siempre es muy importante idealizar qué valor tiene realmente, no sólo para ti y para tu equipo. Uno de los aspectos importantes que ayudan a revelar el valor actual de tu negocio es contabilizar los activos actuales, la rentabilidad de los últimos años, cartera de clientes, y si llegaran a existir, contratos o negociaciones que eleven tu potencial en ventas.
Las proyecciones financieras juegan un papel importantísimo, ya que habría que realizar una buena simulación de estados financieros bajo ciertos escenarios. Para esto se tienen que plantear las premisas que vayan de acorde al negocio, el mercado y la situación actual de tu empresa. Se vale ser optimistas, pero también hay que presentar el escenario pesimista enfatizando cuáles serían los riesgos de caer en esa premisa.
En mi opinión, el emprendedor a veces puede caer en la premisa de que él más que nadie conoce su negocio y en algunas ocasiones, se llega a plantear ligeras desviaciones en sus proyecciones financieras para más atractiva la inversión en su negocio. Esta práctica no la aconsejo para nada ya que los inversionistas que tengan interés en tu negocio, tienen experiencia, por lo que conocen los mercados y las posturas planteadas que pueden ser falsas, por lo que mentir o “maquillar” podría disminuir o desaparecer el interés de inversión.
¿Cuánto quieres y para qué?
Una vez definida la estrategia de negocio y con los objetivos puestos sobre la mesa, es más fácil solicitar financiamiento con un inversionista. Por ejemplo: si necesitas capital para adquirir una maquinaria que va a exponenciar tu producción porque ya tienes compradores seguros, va a crear certidumbre sobre la inversión realizada por individuos externos. Por otro lado, si solicitas financiamiento y no tienes claro o no sabes cómo expresarlo, la primera idea del inversionista sobre ti y tu negocio es que fracasará porque no existe una dirección clara de cómo su inversión ayudará ni cómo esta retornará.
Estrategia de salida
Como todo en la vida: existe un inicio y un fin, y esto los inversionistas lo saben muy bien. Para ellos es de suma importancia su Retorno de Inversión, también conocido como ROI por sus siglas en inglés, porque de aquí es de donde parte el interés y se valora la idea de invertir en tu negocio. Además, una vez que tu negocio crezca y genere las utilidades esperadas con ayuda del inversionista, se debe plantear desde el principio cuál es el destino del dinero utilizado y cómo es que va a regresar este capital, ya que para los inversionistas es de suma importancia contar con capital para seguir invirtiendo en nuevos negocios.
Una vez alcanzando el crecimiento, los conocimientos y experiencia de tu socio inversionista, llega el momento en el que hay que buscar nuevas oportunidades con otro tipo de financiamientos (y estrategias de salida) que puedan resultarte atractivos.
Busca la compatibilidad
Si buscas un inversionista, no sólo te enfoques en el porcentaje de participación para tu empresa a cambio de capital, sino también, que sea el socio perfecto que empate con los valores, equipo y que le de fortaleza al negocio. Más que el dinero, tener compatibilidad permitirá que no se generen tantas tensiones a la hora de tomar decisiones. Ya que el crear una sociedad muchas veces suele ser más compleja que una unión en matrimonio. También estudia el perfil del inversionista al que quieres presentarte, cuáles son sus gustos, sus preocupaciones y qué intereses en común tienen. Resalta el cómo es que juntos podrían lograr escalar un negocio con potencial.
Encuentra el verdadero valor
Más que una oportunidad de negocio, encuentra el valor de tu negocio. Enamora a los inversionistas con tu idea, con tu visión de cómo cambiarás al mundo y cómo con su apoyo lo podrán hacer posible. Trata de siempre ofrecer algo bueno para la sociedad, ya que sólo así se crea un círculo virtuoso entre la empresa, la comunidad y tus accionistas.
Prepárate para la presentación
Los inversionistas prefieren preguntar sobre el más mínimo detalle, por eso, al momento de presentar tu idea o negocio es importante que conozcas a detalle todos los puntos anteriores, que tengas la mente fría y que estudies bien tus números. Resalta tus ventajas y tus fortalezas, crea unión con tu audiencia a través de un mensaje sencillo pero eficaz para llamar la atención y no perder el interés. Habla lo suficiente para no perder la atención, sé claro y preciso con tus ideas.
En esta oportunidad, es importante que tu equipo esté y se perciba unido, que cada uno remarque su posición en el emprendimiento y que sepa específicamente qué hacer en el momento oportuno.
Y finalmente, recomiendo tener todos los datos muy bien actualizados sobre tu mercado, saber cómo es que vas a hacer frente a los retos que se podrían presentar.
Ahora sí, ¿estás listo para presentar tu negocio al mundo para hacerlo crecer con la ayuda de un inversionista? ¡Mucho éxito!