El liderazgo gentil es la mejor alternativa para combatir al jefe tóxico y erradicar la tiranía laboral.
Durante mucho tiempo se ha idealizado el concepto de un trabajo agotador que daña de forma emocional y en ocasiones hasta físicamente a los trabajadores. Un trabajo en el que la persona debe entregarse en cuerpo y alma para crecer y poder desarrollarse adecuadamente en el ambiente profesional.
Desde hace un tiempo las personas han comenzado a preguntarse qué tan efectivo o sostenible es esta situación y… ¡Sorpresa!: no lo es. Según el estudio 2022 Global Health Care Outlook de Deloitte, la mala salud mental cuesta a empleadores cerca de $2,000 dólares al año por empleado. En gran parte de los casos, los problemas son ocasionados y/o agraviados por situaciones presentadas en el trabajo.
Según investigadores de la Universidad de Australia del Sur, un ambiente de trabajo tóxico aumenta hasta 300% la tasa de depresión en los trabajadores.
Las características del jefe tóxico
Para poder evitar la toxicidad en el ambiente laboral, es importante identificarla. Algunas de las características en común que comparten los jefes tóxicos son: ataques de ira, falta de respeto, prepotencia, incompetencia, falta de trabajo en equipo y una carencia de trato humano
¿Cómo introducir el liderazgo gentil?
El valor principal que enmarca al liderazgo gentil es la importancia central de las personas y su bienestar. La idea es proporcionar a los trabajadores seguridad psicológica que los ayude a comportarse de manera inclusiva y amable. En este enfoque, la amabilidad supera a la autoridad. Actúan y toman decisiones con responsabilidad, actuando desde el corazón.
Para poder ser amables con nuestro entorno, primero tenemos que serlo con nosotros mismos. Prácticas como la meditación y ejercicios respiratorios pueden ser una manera efectiva de conectar y reconocernos para, paso a paso, aceptarnos y querernos. Hay que tener en mente que el bienestar personal es siempre prioridad.