Todo lo que necesitas saber sobre las softskills

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Según el artículo What will the future of Jobs be like, realizado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), uno de cada dos trabajadores necesitará volver a capacitarse, y los que permanezcan en sus funciones actuales deberán actualizar el 40 % de sus habilidades para adaptarse al mercado laboral cambiante. 

En este sentido, el área de mayor capacitación para empleados (alrededor de un 70%) serán las habilidades blandas, o softskills. 

La diferencia principal entre las hardskills (habilidades duras) y softskills es que las primeras se pueden enseñar y son fáciles de cuantificar, como un título universitario, habilidades de operación de maquinaria o, inclusive, programación en inteligencia artificial; en cambio, las segundas son habilidades del manejo de la gente o interpersonales y son difíciles de cuantificar. Algunos ejemplos son: el liderazgo, la empatía, el manejo del tiempo o la flexibilidad (no podemos decir que somos 34% más flexibles que ayer).

Los softskills se han convertido en una prioridad para las empresas, al grado de que los directores y dueños de éstas comprenden que hoy se pueden tener muy buenos planes estratégicos, excelentes productos, ideas increíbles en campañas de marketing, pero si no hay softskills desarrolladas en sus empleados difícilmente se llegará a las metas. 

De hecho, las empresas con un altísimo nivel de entendimiento de las habilidades blandas son las que han podido sobrevivir durante la pandemia y aquí voy a explicar el porqué. La combinación de las nuevas habilidades blandas que se requieren desarrollar en estos tiempos y para los siguientes 5 años son mayormente las siguientes:

Resolución de problemas

Probablemente es la habilidad principal y la que más están pidiendo los grandes corporativos. El mismo Elon Musk propone que para contratar a alguien, los candidatos deben resolver un problema. En este sentido, existen dos tipos de pensamientos muy importantes para ser más hábiles en la solución de problemas:

Pensamiento crítico

Se enfoca en la capacidad de análisis y de evaluación de los razonamientos. Es una disposición para considerar otras alternativas desde una apertura y saber discernir cuáles argumentos son válidos, cuáles son trascendentales y cuáles son necesarios desechar. Su origen proviene de la antigua Grecia; se puede leer los diálogos de Platón para entender la dialéctica, a Sócrates para entender la mayéutica y a Aristóteles en su retórica.

Pensamiento estratégico

Trata de identificar los temas críticos y los caminos a seguir para alcanzar el futuro deseado. Actualmente el pensamiento estratégico necesita estar actualizado en las tendencias y saber más de las industrias en el futuro, lo cual provoca tener un ingrediente extra de incertidumbre que incomoda a muchos, pero que también empodera a otros.

Otros tipos de pensamientos que hay que considerar y desarrollar son el pensamiento visionario, el contextual y el evaluativo.

Creatividad

Cada día se nos exige ser más creativos. Y de modo riguroso: todos somos creativos, pero no necesariamente significa que sea a través del diseño, las artes o las expresiones artísticas. Existe una clasificación muy útil de 4 estilos de creatividad, cuyo propósito es saber que sí somos creativos, solo que lo expresamos de modos distintos:

1.Clarificadores: son personas que tienen una capacidad increíble de generar preguntas que promuevan el pensamiento crítico y la curiosidad, la recolección de la información para explorar nuevos mecanismos y logran generar nuevas posibilidades.

2. Ideadores: son las personas que echan a volar su imaginación, los que crean submarinos voladores, los que rompen con los paradigmas y generan ideas que rompen con los cánones de lo conocido. Es gente muy inquieta y conectan de manera muy vertiginosa puntos que parecen imposibles de relacionarse.

3. Desarrolladores: son aquellas personas que desarrollan los detalles de las locuras de los ideadores y cuidan que realmente sean proyectos factibles. Se aseguran que a través de revisiones, procesos y el cuidado de los detalles realmente pueda existir una solución.

4. Implementadores: son las personas que se encargan de llevar a cabo el proyecto o de construir cada uno de los pasos anteriores para generar una meta. Son gente enfocada en los resultados.

Empatía

Esta habilidad blanda es un requisito para poder sobrellevar las adversidades cada vez más frecuentes en nuestro día a día. La definición clásica de la empatía es “ponerse en los zapatos del otro”, pero a esta definición probablemente le falta el ingrediente de:

“ponerme en los zapatos del otro, pero también tomo en cuenta mis propios zapatos”.

Ser empático no significa dejar de tomar en cuenta lo que yo pienso o necesito. Es escuchar al otro, entender sus razonamientos, pero sin dejar a un lado los míos y, si es posible, encontrar un punto medio funcional para ambas partes.

Habilidades de negociación

Negociar con alguien que sí sabe negociar permite llegar a acuerdos mucho más rápidos y de mayor rendimiento para las partes. La negociación es una habilidad que se estudia y se aprende. Se considera una habilidad blanda porque está íntimamente relacionada con otras como las emociones, la expresión de un discurso persuasivo, la confianza y hasta las relaciones a largo plazo. El saber negociar invariablemente mejora las condiciones en nuestras vidas e inclusive la fluidez de nuestros vínculos.

Autogestión

Gestionarse es una palabra poco utilizada en ciertos países de Latinoamérica, la escuchamos con mayor frecuencia en lugares como España. La autogestión se refiere a ser nuestro propio jefe, nuestro propio director; ser capaces de ponernos metas y alcanzarlas, de sostener una disciplina a pesar de las circunstancias, de manejar los proyectos con compromiso y con responsabilidad. Autogestionarse se refiere a un mayor nivel de madurez y de impacto en el entorno.

Colaboración

Es imprescindible comprender que para poder subir en la escalera corporativa seremos cada vez más testigos de alianzas, de adaptabilidad a nuevos paradigmas y de una narrativa de “ganar-ganar” y “hagámoslo juntos”.

Para poder colaborar de una manera efectiva se requiere de una mente flexible que considere otras formas de trabajar, debatir sin engancharse, pensar a largo plazo y, sobre todo, adaptarse. Esto último difícilmente es una habilidad blanda que se enseña, pero sí se puede homologar las conductas de las personas que se adaptan rápido. El lograr esto es una gran señal de inteligencia.

Hay otras habilidades blandas que también recomiendo desarrollar, como el networking, habilidades de presentación y de hablar en público; ser capaz de manejar la incertidumbre, atreverse a correr riesgos, comunicación asertiva, liderazgo, entre otras… Pero sin duda, entre todas las que mencioné, probablemente la más importante es la autoobservación. Aprender a observarnos a nosotros mismos es la base de una transformación interior lo suficientemente sincera como para conectarnos cada día más con nuestra propia plenitud.

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Entrenadora, conferencista, psicoterapeuta, coach desde hace 20 años en desarrollo humano, ventas y negociación en Latinoamérica y España. Certificados en 5 países incluyendo Estados Unidos e Israel. Libro: "La incertidumbre genera abundancia".