La música ha estado presente desde los inicios del cine, cuando las primeras proyecciones —de películas mudas— eran acompañadas con una orquesta y música en vivo.
Hoy, la música es una pieza clave, sino es que imprescindible, dentro de todas las películas. Específicamente en el cine de terror, es una herramienta que nutre a la atmósfera, que genera tensión y acelera las pulsaciones del espectador.
A continuación, hacemos una breve selección de algunas de las bandas sonoras más icónicas del cine de terror. ¡Ponte los audífonos y sube el volumen!
Psicosis (dir. Alfred Hitchcock, 1960)
Si bien es cierto que Alfred Hitchcock había dirigido películas de suspenso desde 1927, Psicosis sería aquella que lo consolidaría como el Maestro de este género.
La mítica escena del asesinato en la ducha ha pasado a la historia del cine; y en gran parte se debe a la banda sonora compuesta por Bernard Hermann, cuyos acordes —violentos y chillones— acompañan a cada apuñalada.
Como dato curioso, el compositor Bernard Hermann utilizó únicamente instrumentos de cuerda para componer la música de esta película; quería que se asemejara lo más posible a la voz humana.
Y de hecho, antes de escuchar la propuesta de Hermann, Hitchcock consideraba que la película no era lo suficientemente buena y planeaba recortarla para que fuera un episodio de su serie televisiva, “Alfred Hitchcock Presents”.
Tiburón (dir. Steven Spielberg, 1975)
Tiburón es la película que catapultó a un joven Spielberg a la cima del éxito. Además, es considerada el primer blockbuster de verano (fenómeno recurrente en nuestros días); es decir, la primera película en tener un marketing masivo antes de su estreno simultáneo en muchas salas de cines.
Parodiada y homenajeada en múltiples ocasiones; Tiburón pasaría a la historia por su banda sonora, la cual fue compuesta por John Williams y para la que sólo utilizó dos notas graves.
En esta película, la gran bestia (el tiburón) y la música son uno mismo. Recordemos ese primer momento en el que una joven bañista chapotea felizmente en el mar, mientras la música crece exponencialmente a medida que el depredador se aproxima.
Halloween (dir. John Carpenter, 1978)
Lo que comenzó como una película de muy bajo presupuesto (y con un desconocido John Carpenter como director), se convertiría en una completa revolución dentro del cine de terror. Hoy, hablar de Halloween es referirnos al slasher por antonomasia.
Tomando en cuenta que la banda sonora es uno de sus elementos más memorables; resulta chocante imaginar que esta película no tenía música en sus primeras exhibiciones. Como respuesta a las profundas críticas, John Carpenter decidió añadir música, la cual improvisó, grabó y montó en tan sólo cuatro días. El resultado es minimalista y escalofriante.
Como dato curioso, la primera versión del guion llevaba el título “The Babysitter Murders” y no estaba ambientado en la festividad de Halloween.
La cosa del otro mundo (dir. John Carpenter, 1982)
Después del rotundo éxito de Halloween, John Carpenter seguiría demostrando su maestría en el género de terror; películas como La cosa del otro mundo son muestra de ello.
En esta película ambientada en la Antártida, un grupo de investigadores descubre a un ente venido del espacio, el cual ha permanecido congelado durante más de 100.000 años. La cinta logra construir la tensión desde el primer instante (y hasta el final) y, en gran parte, es gracias a la música electrónica compuesta por el genio Ennio Morricone.
Cabe destacar que, a lo largo de su carrera, Ennio Morricone fue nominado en seis ocasiones al Óscar a la Mejor música original.
Hay ocasiones en las que la música, más allá de ser un acompañamiento, se convierte en la esencia de la película, en el ADN. Estas cuatro películas —obligadas para los cinéfilos— son prueba de ello.
¡Conoce el resto de las canciones en nuestra playlist!