DeepMind, desarrolló una inteligencia artificial capaz de escribir código más eficiente y limpio que un programador de software. Pese a que su habilidad se limita en automatizar tareas básicas, ha demostrado su potencial en un desafío de codificación.
El equipo que desarrolla esta tecnología pertenece a DeppMind, una subsidiaria de Alphabet. Que se ha establecido la misión de crear tecnología inteligente en tantas formas como le sea posible. Algo que puede llegar en el largo plazo a medida que más personas se interesan en la codificación. Y es que, una de los atributos que tiene esta tarea, es la necesidad del entendimiento del lenguaje, la lógica y la resolución de problemas.
El código en manos de la inteligencia artificial
Sin embargo, esta no es la primera compañía que desarrolla este tipo de inteligencia. OpenAI, trabajan en su propio proyecto de codificación en lenguaje natural Codex. Que, por un lado, potencia a GitHub Copilot, como una prueba de Microsoft que permita al GPT-3 culmina sus líneas.
Mediante un artículo de DeppMind, revela cual es el interés detrás del desarrollo de esta tecnología inteligente diciendo que “los modelos recientes de lenguaje a gran escala han demostrado una capacidad en generar código y ahora son capaces de completar tareas simples de programación”. No obstante, estos modelos aun no son eficientes al momento de ejecutar problemas complejos.
Así que, para asumir el dominio, DeepMind entrenó un nuevo modelo empleando bibliotecas de GitHub seleccionadas, así como una colección de problemas de codificación junto a sus respectivas soluciones. Una vez completado, lo pusieron a trabajar en 10 distintos concursos.
Colocando en algún sitio en el medio del paquete, justo pasando arriba del percentil 50. Un rendimiento que, puede no ser muy alto, pero, para ser un primer intento en un modelo de aprendizaje automático, es un notable avance.
Si bien este desarrollo resulta inteligente, no tiene un nivel para SaaS empresarial. Por lo que aún no hay porque alarmarse. Además, el sistema aún no tiene la capacidad de resolver problemas complejos. En la mayoría de los casos es capaz de producir respuestas coherentes y viables. Por lo que este desarrollo aún les deja un amplio margen de mejora. Que, en un futuro, pueda incrementar la productividad de los programadores de software al ejecutar tareas básicas y repetitivas.
