Software Heritage: El patrimonio Informático de la humanidad

Software Heritage: El patrimonio Informático de la humanidad

Roberto Di Cosmo, es un científico que aspira reunir las instrucciones de funcionamiento de todos y cada uno de los programas informáticos alrededor del mundo. El software fue reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

Esta “Biblioteca de Alejandría” en la programación, no puede tener ánimo de lucro y debe ser accesible para el público en general. Tanto investigadores, como empresas privadas o particulares. Invitando a todas las personas que estén interesadas en conocer la arquitectura detrás de las aplicaciones informáticas que usamos, para entenderlas y en el mejor de los escenarios, mejorarlas.

La trayectoria del software

Se han cumplido ya cinco años desde que el sueño de este científico italiano se hizo raridad. El Software Heritage Initiative nació en 2016 en la sede del centro de investigación INRIA, en la capital francesa.

Desde entonces, el software ha recopilado alrededor de 11.000 millones de ficheros únicos de más de 160 millones de repositorios. Un código que podrían ser almacenado en un petabyte (es decir, un millón de terabytes). La copia maestra de este súper archivo está bajo el resguardo de Software Heritage. Aunque tiene dos servidores operando en la nube de Microsoft (Azure) y Amazon (AWS).

En 2017, Di Cosmo y su equipo lograron que la Unesco declarara al software como patrimonio cultural de la humanidad. Mismo que debe preservarse tal como la música o la literatura. Y justo eso es a lo que se dedica este gran fichero. Cuya financiación contribuye a instituciones públicas y varias universidades como bancos o empresas de tecnología.

El legado informático

“Hace falta construir una infraestructura que permita fácilmente almacenar, referenciar, difundir y describir de forma accesible para todo el código fuente que se usa en la investigación”

Subrayó Di Cosmo.

Así como hay compañías y desarrolladores que guardan sus códigos para vivir de ellos o tomarlos de base para unos nuevos, existe el software libre. Quien tiene su origen en los años ochenta e impulsado por Richard Stallman. Promoviendo la transparencia del código fuente de los programas, compartirlos con la comunidad y esta pueda perfeccionarlos o desarrollar otras mucho más grandes.

El legado informático del software

La victoria del software libre

“De algún modo, el software libre ha ganado. Se calcula que en 2017 entre el 80% y 90% del código de las nuevas aplicaciones fue reutilizado de otro que ya existía”, apuntó.

Es así que las grandes compañías como Microsoft, han comenzado a usar el término. Y es que a medida que el código crece, aumenta también la complejidad en su entendimiento.

Pese al auge que el software libre tiene, su existencia no podemos darla por sentada. Tan solo en 2015, Google Code, el repositorio de código auspiciado cerró sus puertas. Poniendo en la cuerda floja a más de 700.000 proyectos. Gitorius, al ser comprada por GitLab, también cerró sus puertas. Esta ocasión afectando a 120.000 proyectos. Además, Bitbucket, al modificar un aspecto técnico, elimino 250.000 proyectos.

Las copias espejo

Desde el principio, Di Cosmo y su equipo optaron por mantener varias copias de su archivo universal de código fuente. Además de las ya existentes en su Software Heritage y los servicios de almacenamiento en la nube.

Se trata de copias del archivo bajo el control administrativo y técnico de otras entidades. Como, por ejemplo, la Agencia Nacional por las Nuevas Tecnologías y la Energía (ENEA).

“Hoy en día el software es fundamental para que todo siga funcionado, Nosotros creamos una copia de todo el que podemos recoger, y los países que quieran van a tener su copia espejo. De ese modo, no pierdes los datos, y además te aseguras de que, pese lo que pese, nadie te va a poder cortar el acceso al programa que usas”, concluyó Di Cosmo.

Las copias espejo
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