Si hubiera un encantamiento, una piedra filosofal que nos diera creatividad y relevancia, seguramente todo mundo le entraría. Tendríamos camadas completas de genios por salón, pero todos sabemos que en la práctica esto no es así.
En escuelas de arte como “La Esmeralda”, en universidades de diseño en todo el país, en las de comunicación, hasta en los grupos políticos juveniles, pasando por las escuelas de fotografía y hasta de gastronomía, hay dos problemas que son siempre iguales:
¿Qué digo?, ¿Cómo logro hacer algo “original”?
Estamos viviendo un momento en el que con el COVID-19, van 16 millones de personas sin empleo en México, y una prospectiva negra de que el PIB se cae entre -10% y -12% puntos. Ya lo había investigado CoolhunterMX en su artículo “Salarios de diseñadores gráficos en México” notando que los salarios de los diseñadores en país son muy bajos.
Un rango de entre $6,000 a $10,200 pesos ganan los diseñadores gráficos. Mientras que los diseñadores editoriales están “mejor” con un promedio de 12 mil pesos al mes. Pero ahora con el COVID ha habido un alud de cierres como 15a20, Veintitantos, H para hombres, Marie Claire, Women’s Health y Men’s Health, hasta la versión mexicana de National Geographic, y en el colmo la mala fortuna de que hasta Fortune cerró. Los periódicos han estado quebrando ante el embate de la competencia de Sopitas y la caída de la industria editorial que está en llamas en un país que nomás no lee. Cada medio que se cierra representa el paro de decenas de personas.
En otra perspectiva la revista A! Diseño, hacía cada dos años su propio estudio de sueldos en diseño industrial y gráfico, llegando más o menos a las mismas conclusiones la última vez que lo hicieron en 2016: un salario promedio de $7,500 y una deserción fuerte con los años en la profesión.
Vocación versus Remuneración
Según el El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) 3 de cada 100 personas ganan más de $13,500.00 en el país. Entonces, tenemos un problema de perspectiva, metodologías y educación.
¿Cómo provocar que, a través del trabajo creativo en cualquier disciplina, la gente encuentre vocación, remuneración y pueda hacer una creación significativa?
Si en la década de los 80 se planteaba que la panacea para los diseños era…la semiótica, proyecto fallido que no llegó a nada. En los 90 ahora la fórmula mágica recayó en el ”Design Thinking” donde una firma consultora ideó e hizo un condensado de lo que serían la metodologías del diseño, pero para poder eficientizar y hacer más creativos los procesos para la gente de negocios. Y lo que resumía la disciplina para poderla exportar a otros sistemas acabó por convertirse en una voz preponderante, substituyendo la práctica que pretendía resumir.
“Pensar fuera de la caja”, “Pensamiento lateral” y un sinfín más son la búsqueda continua y desesperada de un Santo Grial que cuando cualquiera bebiera de él, inmediatamente llegaría a “soluciones creativas”.
Problemas de creación
Paredes llenas de post-it, decks de juego de mesa estilo “Marathón” (pero de la innovación); y boards para llenar con todas las anteriores: de modo tal que se plantea un problema de urbanismo, renovación de una marca, nuevos productos, situaciones de crisis. Se le arrojan las palabras “basado en el humano”, diseño prospectivo, futuros, “empatía” (la peor entendida) y se pretende que con el mismo board se resuelva cualquier problema planteado bajo cualquier circunstancia concebible… aja sí.
Un proceso humano muy común donde:
- Tenemos la realidad.
- Inventamos con que representarla y,
- Acabamos creyendo sólo en la representación olvidando totalmente la realidad original.
El problema es que esa resolución de problemas funciona nada más a nivel de pizarrón y tesis con APA, pero en la práctica los problemas de creación no caben ni en el board, ni en las tarjetas ni en la metodología.
Post-COVID la educación sufrirá un cambio radical, hagamos el ejercicio de la imaginación de pensar en una pandemia larga, algunos estudios dicen dos años. Hay formatos que pueden pasar a puro online pero los kínderes, las prepas, y las primarias, difícilmente. Pero la educación en diseños también plantea problemas gigantes: ¿Cómo pasar las horas de taller a una experiencia digital?
Design Thingking, pensamiento de diseño
Requiere un gran ejercicio de la imaginación: la educación creativa se enfrenta al enemigo de que la persona que la toma vive en un mundo reacio a la innovación, en una casa no innovadora, con transporte no innovador.
Pero en el momento en que todo se vuelve sistemas predecibles que pretenden aportar respuestas a todos los problemas, entonces la educación creativa dejó de ser creativa. Como los niños de antes que jugaban en el lodo, construían fuertes en el parque y no eran plantas de sombra a la luz de las pantallas de los juegos de video.
La creatividad verdadera se resuelve allá afuera, en circunstancias reales…pero eso no es fácil, y por eso es mejor sustituirla nada más que con un montón de “design thingking”.
¿Y ustedes qué piensan?