En 2017 recorrió las redes sociales la noticia del descubrimiento por parte de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de un “asteroide de oro” o “asteroide dorado”, como se le denominó a partir de los nuevos estudios realizados y difundidos.
Aunque dicho descubrimiento no fue realmente de ese año, sino en 1852 cuando el asteroide Psyche 16 fue descubierto; el cual mide 226 kilómetros de diámetro y se localiza entre Marte y Júpiter, a unos 370 millones de kilómetros de La Tierra.
Lo que movió las redes no fue por el fenómeno astronómico meramente, sino por el contenido del meteoro; oro y platino principalmente, y diversos metales más que lo constituían.
Conocer esos datos fue posible gracias al telescopio espacial “Hubble”, ya que se pudo tener una imagen más detallada del cuerpo celeste.
Esto movilizó a la NASA y a SPACEX a trabajar en conjunto (compañía creada para la exploración privada espacial, por el “genio y figura” Elon Musk) para tener en la mira a dicho asteroide, dado su valor económico.
¿Dinero para todos?
Pero parece ser que el valor económico ya no es lo que motiva la realización de la incursión espacial.
Puesto que, en fechas recientes, la directora principal encargada de la investigación espacial “Misión Psyche” Lindy Elkins-Tanton, descartó la posibilidad de que el asteroide albergue metales preciosos, y por ende la investigación lleve un fin económico.
Si creemos totalmente en lo que la NASA nos ha dicho desde los 60´s o no, es un tema de conversación muy aparte, apuntando a niveles de “Teorías de la Conspiración” y “Secretos del Gobierno”.
Lo interesante de esta noticia son las apreciaciones que se han realizado sobre el valor económico de sus materiales y la referencia en los titulares sobre la capacidad de dicho asteroide de hacernos millonarios.
¿Pero qué pasaría realmente si todos en el planeta nos volviéramos millonarios de un día a otro? Se ha mencionado que el valor estimado de los recursos de este objeto celestial sería de aproximadamente de 10 mil cuatrillones de dólares, es decir un uno y 28 ceros.
El valor de la economía mundial en 2019 (no mencionaré 2020 por lo atípico que vivimos en todos los aspectos) fue de casi 89 billones de dólares o “descifrado” serían 89 millones de millones de dólares.
Se sabe que el valor del asteroide superaría millones de veces en porcentaje a la economía de la Tierra.
Entonces, si nos ponemos a pensar, que de verdad ocurra este hecho, ¿si se repartiera ese dinero entre los 8 mil millones de personas que somos en el planeta? Nos tocarían aproximadamente 125 billones de dólares para cada uno de nosotros.
¿Demasiada utopía?
Suena estupendo ser multimillonario, pero como decía el villano de la película “Los Increíbles” de Pixar, “Cuando todos sean súper, ya nadie lo será.” Y esta pequeña frase resume lo que pasaría si todos fuéramos millonarios: Nadie lo sería.
En pocas palabras, acabaríamos en un par de años con la economía colapsada, con un desastre financiero y una crisis mundial.
Imagina si mañana despertaras siendo millonario, no irías a trabajar, al igual que todos en el planeta lo harían. ¿Quiénes fabricaría lo que necesitamos? ¿Quién plantaría nuestras verduras, frutas o criaría los animales que comemos? ¿Quién construiría nuestras casas o supervisaría los servidores de Google o de la Bolsa de Valores?
Estaríamos ante un escenario de caos, donde tendríamos que recurrir a otros métodos de intercambio puesto que el dinero ya no tendría valor.
A lo mejor en un inicio usaríamos el trueque para hacernos de los productos más básicos, vendiendo lo que sabemos hacer para adquirir aquello que no podemos producir por nuestra cuenta.
Reflexiona lo siguiente
Ahora imagina lo siguiente, ¿qué harían las personas que no son hábiles en algo en específico, que no saben algún oficio o realizar alguna actividad? Aquellas que sólo tienen su fuerza de trabajo. Pues tendrían que emplearse con aquellos que sí saben sembrar o construir casas.
Pero, un patrón de la construcción no podría pagarles sus días con casas. Entonces la humanidad tendría que usar algún medio de cambio aceptado por todos; y es ahí donde empezaríamos a experimentar con lo que sería el nuevo dinero, el nuevo valor de cambio.
En conclusión, puesto que este tema da para muchas teorías, sobre qué ocurriría en el corto y mediano plazo; sin duda, si todos fuéramos millonarios, destruiríamos la civilización tal cual la conocemos.