Los dispositivos inteligentes se han convertido en herramientas de nuestra vida diaria. Gracias a la Inteligencia Artificial (IA), los asistentes de voz tienen cada vez más usos, entre estos, practicar un idioma. Antes de comenzar a hablar del presente de éstos en este campo del aprendizaje, veamos dos puntos importantes: ¿qué es un asistente de voz? y ¿qué es aprender un idioma?
¿Qué es un asistente de voz?
Un asistente de voz es un dispositivo inteligente que nos ayuda a realizar diversas tareas por medio de la voz; administrar nuestros calendarios, correos electrónicos, decirnos las noticias, controlar nuestra casa, realizar compras en línea… En fin, muchísimas cosas que podría hacer un asistente personal de carne y hueso.
Seguramente has oído hablar de los asistentes de voz más famosos en el mercado como Siri, Alexa, Cortana y Google Assistant. Todos estos funcionan por interfaces de voz. Es decir, por medio de palabras u órdenes que harán que ellos puedan escucharte y asistirte.
Algunas de sus tareas aún son limitadas, pues estos comandos tienen que ser aún muy específicos. Pero existe un asistente de voz que aprende y lo hace dependiendo de su usuario.
¡Sí!, nos referimos a Alexa, el dispositivo creado por Amazon que es capaz de aprender por medio de skills.
Los skills son aplicaciones que le puedes ir añadiendo a tu altavoz inteligente para que Alexa pueda ampliar la manera de asistirte de manera personalizada.
Si en casa tienes algún altavoz de estos, seguramente has recurrido a ellos para realizar búsquedas desde nuestros celulares; ¿cómo llegar a algún lugar?, ¿qué comer?, ¿cómo preparar una receta?, etc. Seguramente también has mejorado alguna habilidad académica con ellos pero ¿los has usado para aprender o mejorar tus habilidades en los idiomas?
Ok, antes de seguir debemos aclarar un segundo eje…
¿En qué consiste el aprendizaje de una segunda lengua?
¿Alguna vez has reflexionado en todo lo que implica hablar una lengua? En lingüística formal, hay una diferencia entre adquisición y aprendizaje de una segunda lengua (L2).
Para hablar una L2 debemos de pasar por dos posibles procesos; puede ser por el aprendizaje, que se refiere exactamente al estudio formal de ella; o por adquisición, que se suscita cuando el hablante está expuesto a un ambiente natural donde se hable ésta y se ve forzado a interactuar bajo este contexto. Si bien es cierto que una no depende de la otra, en conjunto crean a un hablante especializado.
En estas dos maneras, el futuro hablante va a estar expuesto a un sinfín de elementos que, los que hemos estudiado alguna otra lengua, conocemos muy bien; vocabulario, gramática, etc. Sin embargo, las lenguas tienen otros elementos que vale la pena tener en mente.
Piensa en la última conversación que tuviste con alguien en tu casa, recuérdala con precisión. Si la visualizas con atención más allá de las palabras, esa conversación estuvo llena de elementos paralingüísticos, es decir; gestos, tonos de voz, posiblemente hubo risas, señales corporales, etc. Estos elementos de comunicación son los que hacen que una conversación sea natural, y sin duda son parte de la adquisición de una segunda lengua, ya que éstos no son iguales en tu lengua materna que en otras.
Pero bueno ¿cómo se relaciona esto con los asistentes de voz? Pensemos en Alexa, quien sin duda es el asistente de voz más “inteligente” del momento y es capaz de aprender diversas habilidades. Le podemos pedir que abra una skill para aprender inglés, posiblemente ella nos enseñará alguna frase, su significado y cómo pronunciarla. También nos ayudará a aprender gramática, y hasta podrá a su peculiar manera, corregirnos.
Si has experimentado con algún asistente de voz, te darás cuenta que puede hacer muchas cosas para las cuales antes necesitabas de un diccionario o de acceder al traductor desde tu computadora. Definitivamente eso es algo que, desde hace años atrás, ya no es necesario porque le puedes pedir a tu asistente de voz que lo haga por ti.
Éstos también te permiten cambiar su configuración a diversos idiomas, entre ellos los más aprendidos alrededor del mundo como Inglés, Español, Francés, Alemán, Chino, Japonés, etc. Con esto puedes preguntarle desde tus rutinas diarias hasta algún dato curioso, esta actividad te permitiría practicar tu pronunciación en la lengua que quieras aprender. Puedes complementarlo haciéndoles preguntas como “Hey Siri, What time is in Tokyo?” o “Alexa, Quelle heure est à Tokyo?” y recibir la información que requieras en el idioma seleccionado para practicar tu habilidad de escucha.
Algunos asistentes de voz como Alexa o Google Assistant ya son bilingües, así que puedes hacerles preguntas más complejas en tu segunda lengua y recibirla en tu lengua original o viceversa. ¿Qué tal poner a prueba tu pronunciación con los pares mínimos (palabras que parecen iguales pero tienen un sonido que las hacen diferentes) diciendo “Muéstrame una imagen de ship vs muéstrame una imagen de sheep”?
Podríamos seguir nombrando actividades que puedes realizar con ellos, pero la pregunta es ¿realmente estarías aprendiendo un idioma? Sin duda, estas actividades nos pueden ayudar a practicar y mejorar nuestras habilidades en ellos, y asemejan un tanto el proceso de un aprendizaje formal. Pero, ¿qué es lo que falta en ellos para lograr que adquiramos una lengua?
Hasta el día de hoy, se ha trabajado arduamente en incluir alguno de estos rasgos paralingüísticos en los asistentes. Por ejemplo, le puedes pedir a tu asistente que te cuente un chiste, pero, ¿y si tú le cuentas uno a él tendría la misma reacción que tu mejor amigo?
Si bien es cierto que para hacer uso de estos elementos se necesitaría de un hardware con mayores capacidades para reconocerlos, y que los campos de la inteligencia artificial, la robótica y la lingüística trabajan arduamente en ello; aún no es posible ver en nuestros asistentes de voz estas características que son exclusivas de la comunicación humana. El día que se logre esto se podría recrear un ambiente donde el hablante en potencia esté inmerso en un contexto de adquisición natural de una L2.
Sin duda, los asistentes de voz son una herramienta valiosa para la práctica y enseñanza de un idioma, pero aún queda camino que recorrer para que éstos puedan enseñarnos una lengua en su “totalidad”.
Por el momento, no nos queda más que sacarles provecho para perfeccionar nuestras habilidades lingüísticas. Y ojalá pronto podamos tener más aplicaciones en diversas lenguas, incluyendo las que no son tan estudiadas alrededor del mundo.