El pasado miércoles se estrenó el tráiler de la próxima cinta dirigida por el cineasta canadiense, Denis Villeneuve (el responsable de Blade Runner 2049 y Sicario); se trata de la nueva adaptación de Dune: saga literaria creada en 1965 por el escritor americano Frank Herbert y que representa una de las series más aclamadas y representativas del género de la ciencia ficción.
Protagonizada por Timothée Chalamet (a quien recordamos por Call Me by Your Name); y con un elenco que incluye a Rebecca Ferguson (Doctor Sueño); Óscar Isaac (Star Wars); Jason Momoa (Aquaman); Zendaya (Euphoria); Josh Brolin (Avengers: Endgame) y Javier Bardem (¡Madre!); la arriesgada apuesta por traer este universo de vuelta a la pantalla grande demuestra que Villeneuve no escatimará en ningún aspecto para lograr que esta vez funcione.
¿Cuál es la historia de Dune?
Así como Dune es considerada como una de las series más importantes del género, también es una de las más extensas. Su historia abarca la -para nada modesta- cantidad de 20 libros; hablar de todo el lore que envuelve a esta saga nos llevaría por lo menos tres ensayos completos con todo y sus citas. Por este motivo, en esta nota resumimos tanto como podamos únicamente la trama principal; que abarca el primer libro y es la que veremos en la película. Eso sí, el mismo Villeneuve confirmó que al ser tan larga tendrá que dividir la historia en dos partes.
La historia de Dune se sitúa casi 10,000 años después de nuestro tiempo. La humanidad fue poco a poco aniquilada por robots y autómatas que, al sustituir a los seres humanos en tareas esenciales; comenzaron la dominación de la galaxia como la conocíamos. Así inicia una guerra entre las máquinas y los humanos que duraría siglos y terminaría con la victoria de los últimos en la batalla de Corrin.
Después de vencer a estas máquinas, los humanos comenzaron a tomar el control de la galaxia de nuevo; pero el tormento, la esclavitud y la violencia a la que fueron sometidos durante tantos años logró la prohibición de cualquier cosa que involucrase tecnología.
De esta manera la sociedad humana se reconstruyó a partir de un sistema neo-feudal compuesto por varias casas que conformaban el Consejo de Landsraad. Las más importantes eran la Casa Atreides y la Casa Harkonnen; que se convirtieron en rivales desde la batalla de Corrin. El sistema político del imperio se complementaba por la hermandad religiosa de las Bene Gesserit (mujeres entrenadas física y mentalmente para obtener una dominación completa de su cuerpo y habilidades sobrehumanas, a veces eran llamadas “brujas” por la capacidad de sus poderes) y la Cofradía Espacial (responsable del monopolio de los viajes y la exploración espacial).
Este imperio veía en los viajes espaciales la mayor fuente de sus ingresos comerciales y relevancia en la galaxia. Quienes se dedicaban a ello eran llamados “navegantes” y solamente podían soportar estos viajes gracias a una mutación que les otorgaba la droga Melange; conocida como “la especia”. Únicamente podía encontrarse en el planeta Arrakis (también llamado Dune); lugar hostil custodiado por gusanos gigantes de arena y habitado por las tribus Fremen. Estos últimos consideraban el agua que escaseaba en el planeta como la mayor de las riquezas, valorándola incluso más que la vida.
Es hasta que los Atreides (gracias a un plan orquestado por el emperador Shaddam IV y los Harkonnen) deben abandonar su hogar en el planeta Caladan y trasladarse a la salvaje Arrakis, que Paul, nuestro protagonista, deberá luchar junto a su padre; el Duque Leto, y su madre; Lady Jessica, por la supervivencia de su pueblo en Arrakis. Mientras que en el camino descubrirá que él es posiblemente el mesías que los Fremen estuvieron esperando durante mucho tiempo para transformar a su planeta.
Este es el conflicto principal que dará origen a la historia que veremos próximamente (y si el Covid-19 no lo impide) en salas de cine. Si te interesa adentrarte por completo en el mundo que envuelve a Dune, puedes adquirir el primer libro de la trilogía inicial en español aquí; o si prefieres leerlo en su idioma original te dejamos también el enlace.
Intentos fallidos de Dune
Ridley Scott
Si leer Dune ya es una tarea larga, llevarla al cine implica un compromiso titánico. Desde la adaptación a guión, hasta la fotografía y el montaje deberán darle a esta odisea espacial un aspecto lo más real posible. Los grandes estudios sabían que después del imponente éxito en taquilla que había representado Star Wars; el público estaba ansioso por una nueva película sci-fi que generaría una base de fieles seguidores a lo largo del mundo.
Fue así como, en 1976, el productor Dino De Laurentiis adquirió los derechos de la obra de Herbert. En 1979 contrató al cineasta en ascenso Ridley Scott, quien venía de dirigir una de las grandes joyas del cine: Alien, el octavo pasajero. Las cosas no funcionaron para ninguno; el plan original de Scott era dividir la película en dos partes, a lo que De Laurentiis se negó. El cineasta terminó abandonando el proyecto.
David Lynch
Un año después, la hija de De Laurentiis, Raffaela, ofreció el proyecto a un Lynch triunfante por el éxito de El hombre elefante. Siendo Lynch un cineasta completamente autoral, muy alejado del contenido mainstream y de los grandes corporativos la razón por la que decidió aceptar Dune queda para muchos como un verdadero misterio.
Quizá vio en la película una oportunidad para acercarse a más público, o para experimentar con las posibilidades que ofrece tener un proyecto millonario entre manos, o simplemente una satisfacción de ego. Realmente sólo él lo sabe. Lo cierto es que su intento por hacer cine financiado por las majors terminó en un contundente fracaso. Dune es, hasta la fecha, considerada la peor película del cineasta responsable de Mullholland Drive.
Mucho podemos especular del fracaso de Lynch con Dune. Que si el guión es malo, que si no tiene sentido, que si las actuaciones son muy cuestionables, o si realmente a Lynch le interesaba contar esta historia desde el principio. Cabe resaltar que el metraje original (que por cierto fue grabado en los estudios Churubusco, aquí en México) tenía una duración de más de cinco horas. Los De Laurentiis le obligaron a cortar y reducir a solamente dos, por lo que seguramente mucho de lo que Lynch quiso plasmar en la cinta al final no vio la luz, o lo hizo de una manera muy escueta.
Lo cierto es que Dune fue un tropiezo muy grande en la carrera de Lynch. Aún cuando nos ha entregado grandes trabajos como Twin Peaks y Terciopelo Azul, seguirá presente como una mancha que no puede borrar.
Alejandro Jodorowsky
Al margen de la tragedia de Lynch, otro cineasta ya había querido llevar esta historia a la pantalla grande; el chileno Alejandro Jodorowsky. En 1974, después de estrenar La montaña sagrada (una de las películas más surrealistas que puedes llegar a encontrar), Jodorowsky reconoció en Dune la oportunidad perfecta para explotar esa psicodelia que caracteriza su cine.
Con un equipo que incluía a figuras tan míticas como Pink Floyd, Dalí y Orson Welles; Jodorowsky tenía la intención de aventurarse mucho más de lo que las películas de ciencia ficción habían representado hasta ese entonces. La magnitud del ambicioso proyecto terminó jugando en contra del director; pues Michel Seydoux, quien hasta entonces financiaba todo el proceso de pre-producción, se negó a seguir adelante después de que el cineasta le presentara un guion para casi doce horas de metraje.
Dune de Jodorowsky jamás llegó a ver la luz, pero los borradores y el guión ilustrado sí se publicaron y pueden encontrarse en internet. Al respecto de todo el fenómeno que involucró este proyecto, en 2013 se estrenó el documental Jodorowsky’s Dune, que ofrece un panorama mucho más detallado de lo que esta película pudo ser.
Los retos de Denis Villeneuve
Bien dicen que la tercera es la vencida, y tomando en cuenta el historial que tiene el universo de Dune en el cine, no será fácil para Villeneuve retomar una de las sagas más respetadas y queridas por los fanáticos de la ciencia ficción. Sin embargo, y quizá el aspecto más importante a tener en cuenta en esta nueva versión, es precisamente quién lleva la batuta.
Denis Villeneuve dejó hace ya un tiempo de ser un desconocido en el séptimo arte. Prueba de ello es la excelente secuela que hizo de otro de los clásicos del género: Blade Runner. Que para muchos (me incluyo) logró superar a la obra original.
Si bien lo que Villeneuve busca con esta nueva adaptación es recuperar y lidiar con la presión de lo que él mismo soñaba cuando leyó la novela en su adolescencia; ya tenemos una ventaja mayor con un director que por lo menos conoce y quiere la obra que está adaptando.
El casting también es muy prometedor: liderado por una de las grandes promesas de su generación (Chalamet) y acompañado por actores con trayectoria en los blockbusters (Isaac, Brolin, Momoa) y otros elogiados por la crítica en sus trabajos más recientes (Ferguson, Bardem, Zendaya). Conociendo a Villeneuve, las expectativas están muy por arriba de lo que podemos esperar.
Definitivamente Dune es una obra que décadas después de su publicación sigue vigente. Prueba de ello es la película que nos espera a fin de año, estreno que para todos quienes amamos el género de la ciencia ficción será un imperdible, y más aún porque (en opinión personal) no pudo estar en mejores manos que las de Villeneuve. Sólo el tiempo dirá si esta versión hizo justicia o no a la obra de Herbert.
Y tú, ¿ya conocías la obra de Dune?, ¿has leído alguno de los libros o viste la adaptación que hizo David Lynch? Compártenos tu opinión a través de redes sociales y nos leemos en la próxima.