La modernidad en que vivimos con frecuencia nos bombardea con avances en la medicina: una nueva cura para tal enfermedad, esperanza de vida de muchos años, recuperación de enfermedades que antes eran consideradas mortales.
¡Como nunca lo habíamos visto!
Tan rápido avanza la medicina, que nos sorprende que una vacuna para tratar la actual pandemia no salga en menos de un par de meses.
Todos estos avances son posibles gracias a la inversión en tecnología y salud; si bien dan luz a situaciones que antes no conocíamos, también alumbran problemas que previamente no teníamos en mente.
Incremento de la sobrevida
Uno de ellos es el incremento de la sobrevida en pacientes con enfermedades crónicas y en particular de enfermedades que antes eran consideradas como inherentemente mortales, tal es el caso del cáncer.
Tristemente, el reparto de medicamentos, terapias oportunas y mecanismos de detección no son iguales en países ricos que en pobres. No es de extrañarse que, de acuerdo a estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 70% de todas las muertes por cáncer suceden en países de tercer mundo.
A la par de la mejora en los tratamientos para neoplasias o cáncer, desde hace ya algunos años se ha comenzado a poner atención a una especialidad en medicina llamada Medicina Paliativa o Cuidados Paliativos.
Cuidados paliativos
Los cuidados paliativos son pues, un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes y sus familiares; quienes se están enfrentando a los problemas asociados a una enfermedad potencialmente mortal.
Estos objetivos se alcanzan a través de la prevención y el alivio del sufrimiento, al identificar de manera temprana las necesidades del paciente y familia; realizando una evaluación adecuada del estado del paciente, sus síntomas y aplicando tratamientos para el alivio del dolor y otros problemas físicos, psicosociales y espirituales.
Es importante mencionar pues, que los cuidados paliativos priorizan la calidad de vida por sobre la extensión de ésta.
¿De qué sirven los cuidados paliativos?
Su función no es acortar ni alargar la vida, es dar calidad de vida al enfermo y también a su familia. Abarca aspectos importantísimos y que la medicina tradicional pocas veces toma en cuenta; como lo son los aspectos psicológicos, espirituales e incluso económicos.
Como uno se podrá imaginar, si influimos positivamente en esta esfera, es de esperarse también una influencia positiva para el paciente y su familia durante el transcurso de una enfermedad.
Los cuidados paliativos no existen solamente para alguien que se encuentra al final de la vida; son para cualquier persona que tiene una enfermedad lo suficiente grave para generar dolor, preocupación o ansiedad; en quien padece alguna enfermedad y también en la familia. Entendiendo el dolor no solamente como la afección real o imaginaria a un tejido, sino también el daño afectivo y espiritual; en nuestro rol ante la familia, pareja o sociedad y de acuerdo a nuestro estatus social previo.
Resultados
La práctica sistémica de cuidados paliativos tempranos como parte de una estrategia nacional en salud en países que han tenido esta planificación, ha arrojado, entre otros, los siguientes resultados:
- Ahorro para el sistema de salud, pues se evitan visitas médicas a servicios de urgencias innecesarias. Se evitan hospitalizaciones o procedimientos que no aportan beneficio al enfermo.
- Ahorro económico al paciente y su familia, por los gastos que la búsqueda de atención sea ésta hospitalaria o no, conllevan.
- Incremento en la calidad de vida desde el diagnóstico de la enfermedad, hasta etapas terminales de la misma.
En nuestro país, sin embargo, el acceso a cuidados paliativos se encuentra notablemente reducido.
De acuerdo al Atlas de Cuidados Paliativos de Latinoamérica, existen en el país 10 Unidades/Servicios en hospitales de tercer nivel de Cuidados Paliativos; 4 de ellos están en la Ciudad de México (Instituto Nacional de Cancerología, Instituto Nacional de Pediatría, Instituto Nacional de Neurología, Instituto Nacional de Cardiología).
Acompañamiento para una buena calidad de muerte
Recientemente la organización Human Rights Watch ha tipificado como tortura el que un sistema de salud no ofrezca a su población de manera universal el acceso a cuidados paliativos; es decir, el acceso a un acompañamiento para asegurar una buena calidad de vida, pero también una buena calidad de muerte.
Pese a todo el avance que la medicina ha tenido, siempre con la visión de vencer a la muerte o de derrotar a una enfermedad, poco nos hemos detenido a pensar si nuestro actuar respeta la voluntad de nuestros pacientes; prolongar un sufrimiento innecesario o es el sufrimiento del médico y de la familia lo que lleva a tener conductas terapéuticas obstinadas y que no reflejaran un beneficio directo para lo más valioso de nuestra profesión: nuestros pacientes.
Existe aún un largo camino por recorrer y aunque desde ahora ya se cumplen metas; así también existen otras en las que se está trabajando para mejorar la calidad y el enfoque de salud que se ofrecen a una población; pero no todo queda ajeno a nuestras manos. El tener esta información, compartirla y usarla cuando sea necesario puede evitar sufrimiento y afianzar el bienestar de pacientes y familiares cuando son acompañados de un médico experto con formación en cuidados paliativos.