Parte de la vida es pasar por todo tipo de sentimientos y experiencias, algunas buenas y otras no tanto. Es necesario saber reconocer y apreciar lo que cada una de éstas nos enseñan; sobre todo cuando hablamos de relaciones interpersonales, que suelen ser las que más profundas marcas dejan en nosotros.
Dependiendo desde qué óptica lo mires, las relaciones pueden ser diferentes y complejas. Hoy te quiero platicar de cuatro tipos de relaciones álmicas que seguramente vivirás: las de almas afines o compañeras, las kármicas, las dhármicas y las de almas gemelas.
Presta atención y trata de llevarlo a tu escenario particular; tal vez ya estuviste o te encuentras en alguna de estas relaciones y no lo has notado. Pero tómalo con calma. A fin de cuentas, sigues vivo y tus relaciones, al igual que tú, están en constante cambio.
1. Relaciones de almas afines o compañeras
¿Te ha pasado que, desde el primer instante de conocer a una persona, conectan de una manera extraordinaria? Como si se conocieran desde siempre. Estas personas comparten intereses, atracción y pareciera que están destinadas a estar juntas.
Pero hay algo que dice no. A veces no está claro el por qué no, pero en tu interior sabes que, por más que quieras a esta persona en tu vida, no es la indicada. Así que tocará seguir buscando.
2. Relaciones kármicas
Este tipo de relaciones son intensas, apasionantes y muy difíciles. Hoy en día está de moda hablar de las relaciones tóxicas; este concepto podría darte una idea de cómo se ve a veces una relación kármica. Y no necesariamente responde a relaciones de pareja, podrías tener una relación kármica con algún familiar o un amigo y tal vez no lo has notado.
Se trata de personas con las que tendremos muchos conflictos y sufriremos bastante. Y aún así, la atracción es muy intensa, es decir; por más que tratas de salir de ese círculo vicioso donde esta persona entra y sale de tu vida, hay algo que no los deja alejarse.
Se dice que, en este tipo de relaciones, las personas encuentran en la otra aquello de lo que carecen ellas mismas (por eso, muchas veces una persona que no tiene una fuerte autoestima se relaciona con aquella que puede tener un problemita de narcisimo).
Aunque a veces las marcas y cicatrices que nos dejan son muy profundas, el objetivo de estas relaciones es aprender y evolucionar; pagar nuestros karmas. Una vez que hayamos comprendido la lección, el círculo vicioso se romperá y podremos pasar a otra relación.
3. Relaciones de almas o flamas gemelas
¿Alguna vez has tenido un amor de verano? Apasionante, lleno de emoción, la conexión es fuerte y todo fluye. Las relaciones de almas gemelas se caracterizan por ser un encuentro efímero; tan rápido como llegan, se desvanecen.
De nuevo, puede que no sea una relación amorosa, tal vez estés pensando en una persona que conociste en algún lugar con la que tuviste que pasar unas horas o días juntos. Durante este tiempo, aprendiste muchísimas cosas de ella o él, se siente más como si fuera un maestro de vida que te deja diferente a como te encontró.
Pero las flamas gemelas, así como el fuego que arde y luego se apaga, son efímeras. Y aunque pareciera que esta persona es la indicada para estar en tu vida por mucho tiempo, hay algo que siempre se interpone en sus caminos. Tal vez viva en otro lugar, situaciones personales que les impiden estar juntos o cosas más trágicas los obliguen a separarse.
Sin duda es una de las relaciones más desgarradoras y que nos dejan una marca de manera permanente y puedes encontrar varias a lo largo de tu vida.
4. Relaciones dhármicas
Esta es la conexión más fuerte que puede darse entre dos personas, y esta vez suele manifestarse más en las relaciones de pareja.
Es aquella donde ambas partes crecen juntos, se apoyan mutuamente, después de haber evolucionado cada uno por separado a través de sus diferentes relaciones pasadas; al haber aprendido las lecciones que les dejaron sus relaciones kármicas.
En estas relaciones es fácil confiar por completo en la otra persona, ya que abundan sentimientos de paz, armonía, apoyo y estabilidad, y es aquí donde casi no hay conflictos. Es esta persona que puedes imaginar contigo por el resto de tu vida y con quien probablemente formarás un futuro, pues es como si todos los astros se alinearan para que lo suyo salga a flote.
Conclusiones
Casi como si nos viéramos a nosotros mismos como el personaje principal de una película, y a las personas que nos rodean como esos apoyos o personajes secundarios que nos ayudan en nuestro viaje del héroe; entender estos tipos de relaciones álmicas nos ayuda a reconocer, aceptar y soltar a aquellas personas que entran y salen de nuestra vida una vez que han cumplido su misión.
Si has logrado reconocer algunas de estas relaciones en tu vida, te invito a que hagas una reflexión y agradezcas su presencia, pues están ayudándote evolucionar.
Y si te encuentras pasando por una etapa difícil de este proceso, estás estancado emocionalmente o crees que una relación te está perjudicando más de lo que te está nutriendo; no dudes en buscar a un profesional que pueda ayudarte de manera personalizada.
Recuerda que nada es definitivo, esta información puede ayudarte a detectar situaciones en tu vida, sin embargo no es un diagnóstico especializado.
De igual manera, te recomiendo investigar más sobre el tema y te recuerdo que la visión de las almas cambia dependiendo desde dónde la observes; el budismo, por ejemplo, no cree en la existencia de un alma. Sin embargo, las ideas que aquí te presento, podrían estar más relacionadas al hinduismo y al tarot.