Mantener un entorno limpio e higiénico, no sólo te hará sentirte bien, sino que también te puede mantener seguro de cualquier tipo de ataque que pueda ocurrirte.
Si lo viéramos a partir de un ambiente meramente material, podríamos decir que tener el espacio que te rodea y tu persona con un higiene correcta te podría ayudar a prevenir algún tipo de enfermedad, que tus pertenencias duren por más tiempo, y que el espacio se vea y se sienta más agradable; y creo que está por demás que trate de escribir de las correctas medidas de limpieza físicas, pues todos hemos escuchado que: hay que lavarse las manos antes y después de ir al baño, lavarse los dientes después de cada comida, bañarse… o hablando del entorno: barrer, lavar los trastes sucios o tender la cama… (aunque a algunas personas se les olvide).
En el artículo “Saludable en tiempos de pandemia” daba una breve introducción a la importancia de la higiene de los diferentes cuerpos, además del físico; es decir, al mental y espiritual. Mencionaba también algunos métodos que te pueden servir para mantenerte saludable. Pero en esta ocasión, quiero hablarte más a detalle sobre cómo es que el cuerpo etérico y la mente se ensucian y cómo limpiarlos.
¿Cómo se ensucian nuestros cuerpos?
Primero entendamos que ni el cuerpo etérico, ni la mente los podemos ver, pero sin duda se pueden sentir.
Haciendo un breve ejercicio de mindfulness, por ejemplo, puedes atraer a tu mente un momento donde te hayas visto en peligro y sin decir más, tu mente empieza a generar una sensación de incomodidad, de ansiedad, incluso puedes manifestarlo (como efecto secundario) con sudor, temblor…
Por su parte el cuerpo etérico puedes percibirlo al frotar tus manos y poner las palmas frente a frente sin dejar que se toquen entre sí; eso puedes llamarle: Qi, Chi, energía, prana, etc.
Una vez dicho esto puedo decirte que la energía y la mente tienden a ensuciarse (y después a enfermarse) con cosas similares como pueden ser:
- Emociones reprimidas: tristeza, enojo, neurosis son los más comunes. ¿Alguna vez has escuchado la frase “los hombres no lloran” ?, por ejemplo.
- Pensamientos negativos o estar con personas negativas: como aquellas personas que sólo están viendo lo malo de las cosas sin aceptar sus responsabilidades o hacer algo para que mejore.
- Caer en los vicios y en los excesos: alcoholismo, las drogas, el sexo (mal empleado).
- Vivir en un ambiente contaminado: ¡claro! El smog cuenta, pero también las noticias en los medios que sólo resaltan la violencia, los chismes, etc.
- Comer comida que nos dañe: ya sea porque ésta está echada a perder, es chatarra, o tiene exceso de azúcar y/o grasa, etc.
- Los apegos: los deseos de quedarnos con algo o con alguien no sólo generan acumulación de cosas materiales, sino también de emociones.
- Las máscaras: la vanidad, la soberbia, el aparentar tener algo que no tienes o eres.
Todos esos puntos tarde o temprano te van cansando y lo peor, es que van alejando a las personas que realmente amas y vas atrayendo cosas negativas a tu vida que, con el paso de los años, te van “ensuciando” y dejándote más insatisfecho de lo que estabas.
Limpiarnos
Terapias holísticas y prácticas espirituales (como la meditación y el Chi Kung) son una forma de limpiar esa energía, aunque también lo puedes hacer:
- Donaciones: recuerda el dicho de “el que parte y comparte, se queda con la mejor parte”; así que ayuda a otros y ¡ayúdate a ti mismo! No importa si es dinero, ropa, comida, lo que importa es que lo hagas con la intención de ayudar.
- Vivir en un lugar limpio, recogido, rodeados de personas positivas.
- Mantenerte aseado: Aunque parezcainnecesario decirlo, a veces es bueno recordarlo.
- Ingerir alimentos que te hagan sentirte, verte y pensar positivo: tener una dieta balanceada.
- Ejercitarse constantemente: Puedes encontrar un modo de ejercitarte fácilmente en mi ebook “Libera tu sombra personal”.
- Sanaciones energéticas: como por ejemplo prender inciensos, limpiar con aromas, cuarzos, agua con sal.
- Estar solos de vez en cuando para pensar libremente, revisar nuestros asuntos pendientes, intentar equilibrar nuestras vidas y tomar las decisiones que creamos convenientes para estar mejor con nosotros mismos y con los que nos rodean.
- RESPETO: la última, pero “la más importante” nos hará sentirnos más ligeros, evitará que estemos enojados “por todo” y seguro viviríamos con mayor armonía.
¿Tú cómo mantienes tu entorno limpio?