Astrónomos se dieron a la tarea de revisar el espacio, particularmente el proceso de acreción del agujero negro empleando los avances de tecnología y los hallazgos fueron sorprendes. De tal magnitud que, incluso, pueden transformar por completo nuestras creencias en las dietas de estos gigantes cósmicos.
Los agujeros negros supermasivos, se ubican al centro de las galaxias. caracterizados por ser millones o miles de millones más masivos que el Sol. Mismos que, con su atracción gravitatoria extrema, tiene la enorme capacidad de engullir grandes cantidades de gas, polvo e incluso estrellas cercanas.
La física hasta el momento
Ante el hecho, la física nos ha dicho que este material puede formar un disco a medida que se atrae al agujero negro en un fenómeno denominado ‘acreción’. Siendo algunos de estos discos, lugares hostiles y violentos del universo conocido. Como velocidades muy cercanas a la velocidad de la luz o altas temperaturas que superan la superficie del Sol.
Respecto a los patrones dietéticos de los agujeros negros, estos tienen un amplio rango. Donde algunos de ellos, como el de la galaxia donde nos encontramos, carecen de hambre y parecen no tener discos de acreción. Sin embargo, hay galaxias con gran hambre que sus agujeros negros supermasivos han sido capaces de desarrollar discos de acreción extremadamente calientes.
Sin embargo, recientemente se obtuvo una primera imagen de un disco de acreción del Event Horizon Telescope, una red mundial de radiotelescopios. Un disco de acreción que corresponde a una galaxia no muy lejana. Pero no es posible repetir el experimento con galaxias distantes, debido a que los discos son demasiado pequeños. Por lo que no se resuelven ni con los telescopios más grandes.
Los discos de acreción y los agujeros negros supermasivos
Por fortuna, han encontrado una nueva forma de medir tanto la estructura como el tamaño de estos discos de acreción distante. Si bien, este nuevo método no permite resolver los diversos componentes de los discos, si permite estudiar como cambia su intensidad a través del tiempo.
Una labor que ha estado ejecutando John Weaver, un becario de Doctorado del Cosmic Dawn Center. Donde se ha centrado en la investigación de observaciones del pasado de alrededor de 9,000 galaxias con discos de acreción brillantes.
De forma que, si la fuente no es resuelta, la luz que se observe del disco de acreción se considera contaminada debido a la luz de la galaxia que contiene el agujero negro. Una luz que ha sido ignorada en diversos estudios anteriores. No obstante, mediante la implementación de un nuevo modelo de análisis, John Weaver junto a un colaborador, Keith Horne, profesor de astronomía en la Universidad de St Andrews, lograron separar la luz del disco de acreción de la galaxia anfitriona.
Dicho de otra forma, el nuevo método les permitió obtener mejor visibilidad en sus análisis. Detectando que el polvo cósmico cerca del disco de acreción puede que sea el responsable en el bloqueo de la vista. Apoyados de varios modelos, pudieron detectar cuan caliente está el disco de acreción tanto cerca como lejos de los bordes del disco. Encontrando que los discos se encontraban aún más calientes cerca del agujero negro, más de lo previsto.