Los abuelos de las tortugas: los dinosaurios

Las tortugas se han posicionado como los reptiles favoritos de chicos y grandes.

Han sido tan populares, que su aportación a la cultura moderna no se hizo de esperar; y ahora se han quedado plasmados en la historia grandes personajes como las tortugas ninja, Franklin (la pequeña tortuga animada de la caricatura), Koopa (de los personajes de Mario Bros) o Crush (la simpática tortuga de Buscando a Nemo).

Pero estos seres de colores terrosos y verdosos, han demostrado ser longevos, ya que su linaje viene de cientos de miles de años atrás de la mano de los imponentes dinosaurios.

Ahora, gracias a la tecnología puntera de secuenciación del ADN, se ha podido estudiar su historia evolutiva.

Árbol genealógico

Hace unos años un equipo de científicos de la California Academy of Sciences de Estados Unidos, ha reconstruido un “árbol genealógico” detallado sobre las tortugas, que refuta la idea de que las tortugas estén mínimamente relacionadas con los lagartos y las serpientes.

Ahora, con los avances científicos la relación de las tortugas con los reptiles, e incluso con los dinosaurios, ha sido muy debatida durante décadas. Pero con los resultados obtenidos en concreto con una técnica tecnológica/científica llamada Ultra Conserved Elements (UCE) han permitido revelar cuáles son los parientes más cercanos de las tortugas en todo el reino animal pasado y presente.

Los resultados fueron muy controversiales y situó a las tortugas con un pariente lejano de la imponente familia de los dinosaurios, “los Archelosaurios”; junto a sus parientes verdaderamente más cercanos: las aves y los cocodrilos.

A la vez, estos resultados no son tan increíbles, ya que las tortugas existen hace más de 100 millones de años; sin embargo, ¿qué es un archelosaurio? Este es un clan propuesto en 2014, que agrupa a los arcosaurios (aves, cocodrilos, dinosaurios, pterosaurios, etc.) y sus formas emparentadas junto con los pantestudinados (tortugas, plesiosaurios, placodontos, etc).

Este conjunto está respaldado por varios análisis moleculares utilizando diversos métodos como la presencia de elementos ultraconservados: la secuencia de ADN, ADN mitocondrial, micro ARN y proteínas que lo vinculen con un antepasado en común.

Los frutos de esta investigación incluso pudieron basarse en gran medida gracias a los caparazones de la tortuga, ya que estos posen más información de la que a simple vista creemos.

Los antepasados de las tortugas.

Fósil protector

Más allá de la belleza que podemos apreciar, el caparazón protege el cuerpo y la columna vertebral que esta fusionada a este, también determina su origen. Por ejemplo, si el caparazón de la tortuga es más claro, quiere decir que proviene de un lugar de clima cálido. Si es el caso opuesto, con una tonalidad más oscura, la tortuga es de un lugar más frío.

Además, se ha revelado que su caparazón realmente es un fósil andante. Un equipo de investigadores del Museo Nacional de Historia Natural dependiente del Instituto Smithsoniano (EEUU) determinó que la formación del caparazón de la tortuga empezó unos 40 millones de años antes de lo que se especulaba. Tan sólo la tortuga fósil más antigua de la época de caparazones actuales, data de hace unos 210 millones de años. Reafirmando la teoría de que este reptil lento y tranquilo es nieto de los grandes dinosaurios.

Incluso su genética funciona de una manera primitiva y sorprendente, concretamente a la hora de definir el sexo del bebé tortuga. En el caso de las tortugas marinas, su sexo es determinado por la temperatura de la arena en donde está su nido. Si es cálido, será hembra; si es frío, será macho.

De hecho, actualmente los nidos de las tortugas están altamente protegidos alrededor del mundo, esto debido a que esta especie está al borde de la extinción.

Protejamos a las nietas de los dinosaurios

En México La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), a través del Programa Nacional de Conservación de Tortugas Marinas, monitorea y protege los nidos de las tortugas que viajan cada año a las playas de Oaxaca.

Referente a este programa, hace unos días recibimos en México una gran noticia, ya que el martes dos de febrero, nacieron todas las flores y cantaron los ruiseñores, así es, se reportó el nacimiento de las tortugas en el Santuario de Playa Escobilla, en Santa María Tonameca, un pueblo en Pochutla, Oaxaca.

Más de 5 mil crías de tortuga golfina regresaron al mar. Esta especie es una de las más pequeñas dentro de la categoría de tortugas marinas. Los ejemplares adultos pueden medir de 55 a 80 centímetros u pesar de 35 a 50 kilos; durante sus primeros días de vida, las crías apenas pesan 28 gramos y pueden medir hasta cuatro centímetros de longitud.

Estos magníficos nacimientos son una luz de esperanza para rescatar a esta especie que nos recuerda que nosotros nunca fuimos dueños de la tierra, y que la hemos compartido con otros seres vivos.

La conservación de la flora y fauna del planeta no sólo depende de los programas o apoyos que brinde el gobierno, en el caso de nuestro país también se ven involucrados organismos el Centro Mexicano de la Tortuga, la Secretaría de Marina y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.

También, depende de las comunidades cercanas a su alrededor, donde todos nos vemos involucrados al aportar conciencia para poder seguir disfrutando de estos animales, vestigios de la historia de la tierra.

Fuente: Instagram fridom_photoblogmx

Para las eternas Cleo y Juli.

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Licenciada en Administración de Negocios de la Comunicación y Entretenimiento, publirrelacionista, fotógrafa amateur, seriéfila de corazón, fanática de la cultura mexicana, los dinosaurios y petlover pescetariana.