La NASA detectó una gigantesca nube de escombros que se creó por un choque de cuerpos celestes
La mayoría de los planetas que componen el sistema solar se crearon o moldearon a partir de una enorme colisión en el espacio. Estas colisiones tienen la capacidad de acumular más material, y así aumentar su tamaño, o bien, romperse en muchos cuerpos pequeños, formando una estrella gigante.
Fue mediante el telescopio espacial Spitzer, ahora retirado de la NASA, que un grupo de astrónomos pudieron encontrar suficiente evidencia del pasado sobre este tipo de colisiones alrededor de estrellas jóvenes donde se forman planetas rocosos. No obstante, dichas observaciones no brindas suficientes detalles.
La nube rocosa captada del espacio
Un grupo de astrónomos bajo dirección de Kate Su de la Universidad de Arizona, informan mediante un nuevo estudio publicado en el Astrophysical Journal, sobre las primeras observaciones de una nube de escombros de una de estas colisiones cuando pasó frete a la estrella bloqueando la luz brevemente.
El evento fue llamado como ‘un tránsito’ por parte de los astrónomos, basándose en el conocimiento del tamaño y brillo de la estrella. Las observaciones permitieron a los investigadores determinar el tamaño de la nube, y los objetos que colisionaron, poco después del impacto.
La formación de la estrella gigante
Desde 2015, un equipo dirigido por Kate Su inició las observaciones de rutina de una estrella ubicada a 10 millones de años denominada HD 166191. En el transcurso temprano en la vida de una estrella, el polvo resultante de su formación quedó agrupada para formar cuerpos rocosos llamados ‘planetesimales’ (semillas de futuros planetas).
Anticipando la posibilidad de colisión alrededor de HD 166191, el equipo empleó el Spitzer para concretar más de cien observaciones del sistema entre el 2015 y 2019. Aunque los ‘planetesimales’ son muy pequeños para resolverse desde un telescopio, sus colisiones producen grandes cantidades de polvo. Spitzer detectó luz infrarroja o longitudes de onda ligeramente más largas que las que pueden ser percibidas por los ojos humanos.
A mediados del 2018, Spitzer vio que el sistema HD 166191 se volvía significativamente más brillante, lo que sugiere un aumento en la producción de desechos. La observación del tránsito de Spitzer y las observaciones de los telescopios en Tierra, permitieron al equipo calcular el tamaño y forma de la nube de escombros.
El choque inicial generó tal energía y calor que vaporizó parte del material. También desencadenó una reacción en cadena de impactos entre fragmentos de la primera colisión y otros cuerpos pequeños dentro del sistema. Así que es probable que se haya formado una cantidad significativa de polvo captada por Spitzer, ahora retirado de la NASA.