No podemos regresar al mundo de antes; tenemos una responsabilidad histórica en materia educativa.
La pandemia nos ha permitido ver insuficiencias, problemas y desafíos de la instrucción en cada rincón del mundo. En este sentido la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura -UNESCO por sus siglas en inglés- acaba de publicar 9 ideas que piensa importantes para responder a esta crisis en lo que considera:
Los futuros de la educación
Los futuros de la educación, cuyo objetivo es “repensar la educación y dar forma al futuro”, sobre todo en este contexto en el que las disposiciones de política pública que se tomen tendrán implicaciones a corto y especialmente a largo plazo. Lo que se resuelva hoy sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje en gran medida dará pautas importantes para todo el siglo XXI.
Me parece que este documento de la UNESCO -que plantea nueve acciones concretas y esenciales, no por ello sencillas- abona bastante a los debates que se han intensificado en todas las universidades e instituciones educativas y que han dado lugar a un sinfín de conversatorios, coloquios, seminarios y conferencias en línea.
Fortalecer a la educación como un bien común
La primera idea es cardinal y es Fortalecer a la educación como un bien común; está claro que la educación es uno de los mejores antídotos contra la desigualdad y la miseria. A medida que los pueblos estén educados con calidad, la sociedad en su conjunto podrá avanzar y florecer en escenarios más justos, democráticos y libres, donde nadie, por ningún motivo se quede atrás: el gran anhelo educativo.
Ampliar la definición de derecho a la educación
Con el proceso de educación a distancia las brechas tecnológicas han quedado al desnudo. Hay una marcada y dolorosa desigualdad que se agudiza en algunos países, y en ese sentido se establece como segunda idea la necesidad de que se Amplíe la definición de derecho a la educación para integrar la importancia que tiene la conectividad y el acceso al conocimiento y la información.
Esto me parece una condición ineludible; la garantía de los derechos, si bien no se da por decreto, el amparo de la ley concederá a los gobiernos la responsabilidad de trabajar para dotar a los estudiantes de todo lo que precisan para su formación en materia de conectividad.
Tecnologías gratuitas y de código abierto
Este principio se relaciona con el sexto, que habla de Hacer disponibles tecnologías gratuitas y de código abierto para profesores y estudiantes; existen grandes herramientas tecnológicas y afortunadamente en este periodo muchas de ellas se liberaron gratuitamente, pero esto tiene que continuar fortalecido desde la política pública.
Valorar la profesión y la colaboración docente
En estos meses la gran mayoría de educadores alrededor del mundo han innovado en su práctica y llevado al límite sus capacidades con el único objetivo que sus estudiantes aprendan. El tercer principio les respalda en esta tarea: Valorar la profesión y la colaboración docente.
Las maestras y los maestros cargan sobre sus hombros una gran responsabilidad. Es forzoso aceptar que a pesar de las circunstancias que pueden vivir, han salido adelante con compromiso y amor a su labor. Los gobiernos, las familias y en general la sociedad se han dado cuenta de la complejidad del trabajo pedagógico; ahora es preciso el respaldo y el reconocimiento.
Promover la participación
La cuarta idea habla de uno de los ejes fundamentales de la formación para la vida: involucrar en el proceso a los aprendientes, y se enuncia como Promover la participación y los derechos de los estudiantes, jóvenes y niños.
En medida que la educación logre formar estudiantes críticos y que se vean a sí mismos como agentes de cambio, se suscitará una sociedad más participativa; las decisiones no tienen porque ser tomadas verticalmente, si los escucháramos más, quizá obtendríamos diversas respuestas a los problemas que afrontamos.
Proteger los espacios sociales
Llama mucho mi atención la idea cinco y es que es muy concluyente y precisa: Proteger los espacios sociales que provee la escuela mientras transformamos la educación.
La UNESCO ve la necesidad de preservar el espacio escolar por todo lo que en éste acontece: se comparte, convive, colabora, nutre y se forman lazos irreemplazables.
Alfabetización científica
En esta misma lógica del punto anterior, la idea siete nos recuerda que es obligatoria la Alfabetización científica dentro de un currículum basado en propósitos sólidos.
Es elemental la integración de contenidos que sitúen a los alumnos en la complejidad del mundo y les confieran de herramientas para responder asertivamente a un planeta que les requiere.
Financiamiento de la educación pública
La octava idea tiene que ver con la necesidad de preservar la inversión educativa en materia presupuestal: Proteger el financiamiento nacional e internacional de la educación pública.
Un gran recordatorio para los gobiernos; sobre todo cuando la mayoría de la inversión tenderá a irse a rescatar la vapuleada economía y los imprescindibles servicios públicos de salud.
Avanzar
Finalmente, la nueve nos remite de nuevo a la primera, pero se integra un elemento básico: la comunidad global. Avanzar en la solidaridad global para terminar con la desigualdad.
Nos recuerda que debemos considerar a la educación como un medio y fin común por el cual luchar; porque ya lo expresaría Malala Yousafzai, y muchos educadores alrededor del mundo lo suscribimos:
“Un niño, un profesor, y una pluma pueden cambiar al mundo. La educación es la única solución”.
No podemos regresar al mundo de antes, con ayuda de la educación, debemos crear uno mejor.