La brecha de género, en el mundo digital, es una de las desigualdades más vividas dentro de los hogares durante este tiempo de emergencia sanitaria.
A raíz de las medidas de distanciamiento físico, tomadas a nivel mundial para prevenir el contagio del Covid-19, el acceso a internet y el desarrollo de habilidades digitales; marcaron una división. Por una lado la población que se quedó sin participación en los sistemas educativos, económicos y sociales, y por el otro, la que encontró nuevas maneras de continuar sus actividades en incluso oportunidades de crecimiento personal y profesional.
Para las mujeres, las barreras entre un mundo y otro, son más altas. En promedio, mundialmente, las mujeres tienen 17% menos posibilidades que los hombres de acceder a Internet, y 23 % menos si se trata de mujeres adultas en países de América Latina y el Caribe. Esta desigualdad crece desde un enfoque interseccional, por motivos de origen, lugar de residencia rural o urbano, nivel educativo, entre otros. Así se puede entender la segunda brecha digital, de la que habla Cecilia Castaño. Ésta distancia se refiere no sólo a la que hay entre mujeres y hombres para acceder a la red virtual; sino a las diferencias entre sus habilidades y capacidades para usarlo.
Además, la reproducción estructural y cultural de los roles de género, mantienen a las mujeres preocupadas y agotadas en otras actividades de la esfera privada, que les impiden continuar su desarrollo de capacidades y sin ingresos económicos propios3 .
Disminución en la Autonomía Económica
En este tiempo de quedarse en casa, la autonomía económica de la mujer ha disminuido, debido al aumento del trabajo no remunerado en el que ocupan casi todo su tiempo. En una reciente convocatoria de SoftBank para capacitar en transformación digital a personas de Latinoamérica, la participación de las mujeres en general fue mucho menor que la de los hombres; y en comparación por países, las mujeres mexicanas fueron aún menos que las de Colombia.
Según la Organización Internacional del Trabajo, alrededor de 130 millones de mujeres trabajan en la informalidad. En México, se han perdido mas de un millón de empleos durante los últimos tres meses, las actividades informales, así como las de servicios; han sido las más afectadas por la medida de aislamiento.
Las mipymes han encontrado en el comercio electrónico y las herraminetas digitales una manera de sobrevivir, sin embargo, cuando se trata de mujeres al frente del negocio, la disponibilidad de herramientas tecnológicas no es igual.
Según la ENDUTIH 2019, sólo el 44.3 por ciento de los hogares en México cuentan con computadora. Más de la mitad que no cuentan con una, se debe a falta de recursos económicos; menos de un cuarto de la población, a no saber usarla; y sólo el 5%, a que utilizan un smartphone en su lugar.
El Banco Mundial ha manifestado que la conectividad se trata de un bien público. Por eso, que una mujer cuento con una herramienta electrónica propia, acceso a internet, y las habilidades para aprovecharla en favor de su autonomía económica; es un reto que la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres de Jalisco se propone lograr con más de 5 mil mujeres en el estado por medio del programa: Fuerza Mujeres. Con ello se impulsará el aprendizaje y uso de plataformas digitales para la promoción, venta y distribución de los productos y servicios de las jaliscienses.
Resumen
Se profundizan las desigualdades debido a la pandemia y las medidas tomadas para evitar su contagio. Entre ellas todas las relacionadas con el género y las que afectan directamente a las mujeres. Las más graves son las violencias directas y a éstas se suman todas las sistemáticas, una muy importante, la del acceso al mundo digital en donde se han desenvuelto en gran medida las actividades económicas, formativas y sociales.