Por décadas, hemos creído que el trabajo duro y los triunfos que cosechamos a lo largo de nuestra carrera profesional, son suficientes para ascender en el trabajo. Sin embargo, esto no necesariamente sucede de esta forma.
Esta teoría, podría respaldarse con un posteo de Twitter. Donde la escritora Kate Lister despertó un gran debate en la comunidad, particularmente el sector laboral, al compartir una reflexión personal.
“¿Cuántos años tenías cuando te diste cuenta de que tu plan original de ser realmente agradable, trabajar muy duro y asumir mucho más de lo que deberías con la esperanza de que fueras recompensado automáticamente por esto sin preguntar, era totalmente una mierda?”
Este fue el tuit que compartió la escritora
En consecuencia, 400.000 reacciones se dieron lugar para debatir el tema. Donde la gran mayoría de los participantes coincidieron en un punto: trabajar duro no basta para triunfar en el mundo laboral.
El trabajo no es suficiente
Como profesionistas, en algún momento buscamos crecer en el ámbito laboral. Ya sea con el fin de obtener un mejor sueldo, un mejor puesto, o el reconocimiento profesional. Pero para ello, se debe hacer algo más que solo trabajar. La clave, la comunicación.
Para lograr alguno de estos objetivos, se deben emplear una buena comunicación. Una que vaya más allá de las palabras o el texto. Una en donde quede en evidencia que el trabajo que realizamos es excelente. Donde damos nuestro máximo esfuerzo. De lo contrario, nadie podrá percibirlo.
Ante este panorama, Carol Frohlinger, presidenta de la asesoría laboral Negotiating Women, Inc, explica para BBC un efecto perjudicial al que se le denomina como tiara. Es decir, que las personas trabajan duro y suelen esforzarse para entregar muy buenos resultados con la esperanza de que las personas adecuadas las perciban. Sin embargo, esto no suele pasar.
“Una de las cosas que puede pasar a la gente que hace buen trabajo, y nada más que eso, es que pasa desapercibida. Así que cuando ocurre una ocasión para ascender a alguien, nadie piensa en ellos. Quedan olvidados”.
El protagónico de la educación
De esta forma, Frohlinger considera que la raíz del problema está en la educación. Pues, desde que ingresamos a la escuela, se nos enseña que los alumnos más callados, son los que obtiene las mejores notas y los que mejor son percibidos por los profesores. Algo que, a medida que vamos creciendo, se convierte en una creencia que llevamos en el entorno laboral.
Sumando a esto, sostiene que para las mujeres la situación es aún más injusta. Donde en nuestra cultura llevamos un chip donde el hecho de que la mujer solicite algo abiertamente, sea mal visto en la sociedad. Incluso, llegue a castigarse.
La clave: mantener a los superiores actualizados
Ante este escenario, se cree que la clave para conseguir la visibilidad de las personas que buscamos impactar, está en mantenerlas actualizadas con nuestro trabajo y desempeño. Es decir, informarlas periódicamente sobre nuestros logros, sin que esto pierda sutileza. Además de buscar siempre el contexto adecuado.
Ante esto, recomienda que se envíe un correo electrónico rápido en donde se informen a las partes interesadas sobre las victorias que se han cosechado en el último periodo. Pero especialmente, aquellas donde se evidencie el beneficio para la empresa o el área en la que se desarrolla.
No obstante, recomienda que estos correos no sean muy repetitivos. Lo último que se busca es parece molesto o intrusivo. Las actualizaciones deben parecer más como una especie de reporte. Donde no solo se reconozca el esfuerzo individual sino el de todo el equipo. Donde uno de los ingredientes fundamentales en despertar la confianza de los demás.
Como vemos, es una interesante reflexión que nos invita a replantearnos la forma de trabajar y de conseguir nuestras metas profesionales. Una forma más inteligente de trabajar y evidenciar los logros tanto nuestros como el de las organizaciones en las que nos desempeñamos. ¿Alguna vez han empelado alguna de estas técnicas? ¿Qué piensan al respecto?