Sé el cambio que quieres ver en el mundo; dijo Mahatma Gandhi (o en tú mundo diría yo).
Dicen que la mejor forma de enseñar a otros es con el ejemplo, pero específicamente el tema que yo quiero abordar con esta frase es: ¿Por qué siempre esperamos que las cosas nos lleguen como por arte de magia desde allá afuera, y no las traemos a nosotros desde acá adentro?
Y nos adentramos a un tema que me parece súper interesante y que he estado practicando por el último año (poquito más), el Karma.
¿Y qué sabemos sobre esta ley del dar y recibir?
lo que das, se te regresa.
El Karma se encarga de equilibrar la balanza cuándo alguien nos hiere o atenta contra nosotros “el Karma se encargará” decimos en tono de venganza.
Querido lector, este tema es tan extenso que lo podríamos estudiar y analizar toda una vida; que va, vidas enteras y no terminaríamos de comprender la profundidad que abarca.
Verdades sobre el Karma
- Regresa (lo que das, recibes)
- Se multiplica
- Tú lo siembras con tus pensamientos, palabras y acciones
- El mundo que percibes en este momento viene de tu Karma
- No es exclusivamente negativo
- Tú cosechas tu propio Karma (nadie más puede cosechar tus acciones)
¿Maravilloso no?
Y es que al menos a mí me parece algo maravilloso este descubrimiento, el saber que tengo en mí el poder absoluto sobre la vida que quiero ver o percibir.
Algunos seguramente sintieron miedo al leer esto, quizás pensando en las malas acciones o pensamientos que a veces tenemos. Pero ojo, todos los tenemos, somos humanos y el descubrir esto nos hace tomar responsabilidad, nos hará también ser más cuidadosos con los demás.
Lo que no es tan maravilloso es que con esta responsabilidad entendemos que si “todo viene de mí”, ya no hay lugar en esta vida para el papel de la víctima en el que “yo no hice nada”, “todo me pasa a mí “, “¿por qué a mí?”.
¿Cómo funciona?
Pues lo que doy, recibo así de sencillo. ¿Si tú plantas una semilla de Sandía, que vas a cosechar? ¡Pues Sandía claro!Eeste me parece el mejor ejemplo para comprender la magnitud y el alcance que podemos llegar a tener con una pequeña acción.
Existen grandes estudiosos, filósofos, que han dedicado sus vidas a analizar esta ley, pero yo creo que la mejor manera de comprobarlo tú mismo es ponerlo en práctica.
Recuerdan esta película llamada “Cadena de Favores”, en la que tu ayudabas a 7 personas y cada una de esas personas ayudaba a otras 7 y así se iban multiplicando las buenas acciones en una ciudad.
Pues algo así es lo que sucede con el Karma, sea virtuosa o no virtuosa tu acción va a ocasionar un impacto y a tener repercusiones no sólo en la vida de los demás, si no sobre todo en tu mundo.
¿Todos podemos cambiarle el día a una persona con una sonrisa?
Si nunca te ha pasado intenta sonreírle a un extraño, y aunque seguramente no sepas el impacto que ocasionarás en su vida, sí puedes analizar cómo te sientes tú (aquí ya hubo un doble impacto lo que él sintió y lo que tú sentiste). Está comprobado que sonreír nos hace liberar endorfinas y mejora nuestro estado anímico, ahora sí que “fake it till you make it”.
Charles Darwin dijo: “la simulación de una emoción tiende a despertarla en nuestras mentes”. Cuando sonríes, aunque no sea de manera genuina, te ayuda a tí mismo a sentir alegría o satisfacción.
Les extiendo una invitación, hagamos el experimento
Tratemos de dar a los demás lo que nosotros queremos recibir o percibir en nuestro mundo, es decir; si quiero tener paz mental, trataré de darles esa paz mental a otros (compartiendo una meditación o un simple consejo).
Si quiero recibir más dinero, comparto el que tengo con gozo (sin emociones de carencia), con los que más lo necesitan y con la seguridad de que va a volver a mí multiplicado.
Si quiero recibir atenciones, soy atento con los demás, si quiero salud en mi vida, cuido la vida de otros seres.
Y observa como tu vida se empieza a llenar de experiencias maravillosas.
Lo que das a otros, regresa a ti multiplicado.
