A lo largo de nuestra vida nos encontramos frente a varios escenarios que nos producen estrés. Algunos tienen una duración corta mientras que otras situaciones al ser de largo plazo nos mantiene en un nivel de estrés constante que terminan por causar fatiga tanto mentalmente como físicamente. Una de estas actividades corresponde a la actividad laboral, la cual consume la mayor parte del tiempo y por ende los momentos de tensión son constantes. Provocando que llegue a afectar la salud del empleado, contagie a los demás miembros del equipo y tenga una reducción de productividad.
El tema del estrés laboral es preocupante y ha aumentado su incidencia debido al confinamiento, provocando un cambio importante en los patrones y hábitos cotidianos. Es por ello que, ante tal escenario, es esencial que las empresas tomen conciencia del estrés laboral y generen hábitos de respeto al tiempo privado de los empleados, tales como el derecho a la desconexión en el caso de quienes trabajan a distancia o de forma híbrida.
La carga de trabajo, plazos fijos que cumplir, expectativas de desempeño, la constante búsqueda de reconocimiento, la sobrecarga de tareas, el estar rodeado de un ambiente hostil, son algunas de las causas por las que el estrés laboral hace presencia y llegan a generar un sentimiento de tensión, impotencia y frustración que llegan a ser visibles en enfermedades, estado de ánimo e influir en las decisiones del día a día.
¿Cómo afecta?
El estar a cargo de diversas tareas al mismo tiempo o la exigencia laboral llegan a tener consecuencias. Provocando agotamiento emocional en el individuo que puede llegar a percibirse en dolores de espalda, cuello y hombros.
Pero si el estrés es constante y se mantiene por largos periodos sin oportunidad de descanso o se ignora, no solo el desempeño se verá afectado, sino que la salud se deteriora llegando a presentar aumento de presión sanguínea, ritmo cardiaco, mortalidad cardiovascular, hipertensión, úlcera, asma y otros trastornos cardiovasculares.
Igualmente, el estrés laboral altera el estado de ánimo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tensión en el trabajo es identificado como un grupo de reacciones emocionales, psicológicas, cognitivas y conductuales ante exigencias profesionales que sobrepasan los conocimientos y habilidades del trabajador para desempeñarse de forma óptima. Por lo que el individuo llega a presentar irritabilidad, estados de depresión, ansiedad y nerviosismo.
¿Cómo está posicionado México ante el estrés laboral?
Durante el Foro Internacional Políticas Pública de Empleo y Protección Social en México en 2013, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los estudios indicaron que cerca de un 40% de los empleados mexicanos padecen las consecuencias del estrés laboral, lo que sería cerca de 18,4 millones de personas con estrés en el trabajo.
A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que México está en primer lugar con mayores niveles de estrés laboral en el mundo. Dejando en segundo lugar a China con un 73%, seguido por Estados Unidos, con un 59%.
El estrés laboral en México no sólo supone un riesgo para los trabajadores, este termina afectando directamente a nivel social y económico. No sólo afecta su salud, sino que disminuye la productividad de las empresas, perjudicando la rentabilidad y competencia ante el mercado cada vez más globalizado y exige del capital humano un constante éxito.
