Ansiedad, desesperación, ira, tristeza, estas son sólo algunas de las angustiantes emociones que sentimos cuando sufrimos de un corazón roto.
Sentimos el corazón roto cuando perdemos a alguien, como una relación romántica, un mejor amigo, alguien de nuestra familia, las amadas mascotas o incluso oportunidades soñadas, ya sea en el entorno laboral o académico.
La angustia del broken heart causa una gran cantidad de estrés. Este mal puede afectar cómo nos sentimos mental y físicamente, incluso puede llevar semanas, meses o años para que la mente se recupere.
Sin embargo, con los avances de la ciencia y el eterno deseo del ser humano por no sufrir del mal de amores, hoy más que nunca los científicos han descubierto qué produce en nuestro cuerpo y cómo podemos afrontar el maldito corazón roto.
¿Por qué duele tan horriblemente?
Varios estudios muestran que el cerebro registra el dolor emocional de la misma manera que el dolor físico; por lo que poder sentir que la angustia del corazón roto está causando un daño físico, es verdad. Frases como: “es como si me hubieran arrancado el corazón”, “fue desgarrador”, “siento como una bofetada en la cara”, “me duele el pecho”, todo puede sentirse como si hubiéramos sufrido físicamente, debido a las hormonas…
Dentro de nuestra cabeza existe una larga lista de hormonas que producimos todos los días para diferentes propósitos, incluido el enamoramiento y el desenamoramiento. Por lo cual el amor es tan adictivo como una droga.
Cuando nos apegamos realmente a alguien, las hormonas de la dopamina y oxitocina se liberan en niveles exagerados. Y comenzamos a repetir comportamientos que nos hagan sentir bien, y claro, liberar más sustancias felices. En otras palabras, el amor y las hormonas que genera es tan hermoso y adictivo como las sustancias ilegales.
Pero como dicen, nada es para siempre y cuando estos niveles hormonales bajan, son reemplazados por la hormona del estrés: el cortisol. Este es una alerta primitiva ante el peligro o señal de que debemos huir.
Demasiado cortisol, durante un periodo de tiempo elevado, es contribuyente de ansiedad, náuseas, perdida o aumento de peso, o esas sensaciones de malestar físico, como taquicardias o como mencionábamos, sentir que nos dieron una cachetada, un golpe en el estómago o el famoso corazón roto.
Científicamente hablando ¿existe el corazón roto?
La miocardiopatía de Takotsubo o el síndrome del corazón roto, es el nombre médico de una condición médica que puede ser causada por la angustia; o más exactamente, el estrés de una situación desgarradora.
El estrés emocional agudo, puede hacer que el ventrículo izquierdo del corazón se aturda o paralice, provocando síntomas similares a los de un ataque cardíaco; fuertes dolores en el pecho, brazos, hombros, dificultad para respirar, mareos, pérdida del conocimiento, náuseas y vómitos.
Pero tenemos una buena noticia, este malestar no causa un daño permanente, ni es causante de un paro cardíaco, esta afección se resuelve por sí sola, mientras te mimes a ti mismo. Es decir, de ser necesario buscar ayuda profesional, consiéntete con tus amigos o familia cercana y comienza a dejar ir el dolor.
La parte mala, es que es estresante, doloroso y se puede llegar a creer que realmente estás padeciendo un ataque cardíaco. De ser así nunca te confíes y mejor llama al 911 para solicitar apoyo médico.
La pregunta del millón ¿se puede curar medicamente un corazón roto?
La ciencia no está nada cerca de encontrarlo, pero si se han investigado diversas formas de hacer la pena más llevadera. En algún momento se popularizó que el paracetamol o Tylenol podría ser un efectivo remedio.
¿Cómo nos puede ayudar el paracetamol? El psicólogo de la Universidad de Kentucky, en Estados Unidos, Nathan Wall, afirma que la toma de acetaminofén (paracetamol) reduce la respuesta neuronal y física al sentir rechazo social; los resultados expuestos por el psicólogo y su equipo de trabajo en las investigaciones sobre el suministro de este fármaco, aseguran que las personas que lo tomaron redujeron su actividad cerebral relacionada con el dolor emocional.
Dado que el paracetamol o un tylenol trabajan directamente con los receptores del cerebro y los nervios para aliviar el dolor; funciona de igual modo para bloquear esta sensación ante una decepción amorosa. Por otro lado, es importante saber que un consumo excesivo de éstos fármacos, podría provocar posibles daños futuros. Y que además, estas investigaciones no fueron contundentes, por lo cual siguen siendo hipótesis.
No obstante, otros estudios dicen que el mejor agente para curar un corazón roto es el propofol, un agente (droga) anestésica, que se utiliza previo a las cirugías médicas. Ahora bien, para este experimento los investigadores, inyectaron una dosis de propofol que no dejara inconscientes a los individuos.
Para este experimento se les pidió a los sujetos que contaran alguna memoria o suceso que les resultara doloroso. Aunque no se especificó que debía de ser amoroso, la mayoría optaron por un recuerdo de sus relaciones pasadas.
Posteriormente, pasadas 24 horas, las personas debían volver a contar la misma memoria o suceso. Pero a comparación del día anterior muchos mencionaron que les parecía menos vivido y, por lo tanto, menos doloroso. Aunque, la verdadera razón de este experimento era descubrir un tratamiento para el síndrome post – traumático. Debido a la manera en que fue dirigida la investigación, descubrieron que los individuos pensaron más en sus rupturas amorosas o un evento que les rompió el corazón, generando un estrés post – traumático.
En conclusión, utilizar esta anestesia puede reducir el impacto emocional de los recuerdos. No obstante, esta “medicina” no olvidemos que es una droga que puede generar adicción y resultar contraproducente en la manera que reaccione el cerebro.
Y hablando de adicción…
Dejando de lado de drogas, otros investigadores se han centrado en un análisis del comportamiento humano tras un corazón roto. Ya que el amor es una adicción, dichos excesos son alimentados por el contacto, interacción, costumbres o hábitos que se tienen con una sola persona.
Es decir, por ejemplo, cuando terminamos con una ex pareja y esta deja de visitarnos, llevarnos al cine, cenar, o deja de escribir o llamar, el cerebro reacciona al no recibir estos estímulos positivos que está acostumbrado, por lo que cada uno debe someterse a una “desintoxicación”, en la que el sistema nervioso y los hábitos deben volver a cambiar para librarse de la necesidad de la otra persona.
Algunos especialistas como la doctora Barbara Sahakian, profesora de neuropsicología clínica de la Universidad de Cambridge recomienda que, para detener esta adicción, se debe mantener distraído al cerebro con otras tareas.
Asimismo, ella ha experimentado con las ondas cerebrales que se generan con un recuerdo nostálgico de amores pasados, su experimento consta en frenar dichas ondas y así evitar los pensamientos o recuerdos que fomentan el corazón roto. Su descubrimiento también podría significar un cambio en el tratamiento de depresión u otros trastornos conductuales.
No cantemos victoria, aunque esta terapia no incluye paracetamol u otras drogas como el propofol, ella misma se cuestiona sobre la ética de este y otros tratamientos que alivien el corazón roto, porque al final las memorias o malas experiencias que todos atravesamos son una parte primordial del aprendizaje, la formación de carácter y lo que al final también nos hará volver a sentir el amor como seres humanos.
Entonces ¿cómo podemos sanar nuestro pobre corazón?
Si bien será diferente para cada persona y cada circunstancia, ten en cuenta el consejo de todas las mamás y abuelitas:
EL TIEMPO SANA TODO
Esta frase tiene toda la veracidad porque a medida que el estrés y el cortisol disminuye, nuestro cuerpo comienza a calmarse y los síntomas físicos desaparecen por si solos.
La doctora Sahakian tenía parte de razón, distrae a tu mente e inicia actividades nuevas que traigan paz a tu alma y corazón como la meditación, a su vez incursiona en aquello que siempre quisiste y libera tus emociones; por ejemplo expresándote en la pintura, escribiendo tus emociones en un diario con poemas e historias, o inicia algún deporte, recuerda que hacer ejercicio libera hormonas de la felicidad como oxitocina.
Tampoco subestimes el poder de las palabras, apóyate de tus amigos, familia, personas de confianza y plática de tus sentimientos, el punto es liberar esas emociones nuevas contenidas, si sientes que el duelo no desaparece y no puedes volver a tu vida normal por los malestares físicos y mentales, nunca descartes la ayuda adicional con un terapeuta o profesional, ellos podrán ayudarte reencontrar el camino.
Y no olvides, como decía el inmortal canta autor Gustavo Cerati:
Del mismo dolor
Vendrá un nuevo amanecer
Separarse de la especie por algo superior
No es soberbia, es amor (…)
Poder decir adiós
Es crecer.