El 2021 se va, no sin antes dejarnos grandes temas de conversación que seguirán hablándose y debatiéndose en todo el 2022 y más allá. Por ejemplo, la Web3. O la revolución de internet. Que, en base a algunos expertos, se trata de una evolución que cambiará por completo nuestras vidas.
No obstante, existen opiniones divididas en cuanto a qué esperar y qué es en realidad la Web3. Por ejemplo, para los entusiastas, esta es una auténtica revolución del internet tal y como lo conocemos. Para los conservadores, es más una sobrevaloración sin mucha relevancia.
Al inicio, la Web 1.0 las páginas web eran completamente estáticas. Donde mayormente eran ocupados por medios de comunicación para informar y compartir noticias. Y un pequeño grupo de personas, tenían un pequeño espacio en la gigantesca World Wide Web para compartir sus propios gustos e intereses.
Con su evolución a la Web 2.0, las páginas webs se volvieron dinámicas, editables y centradas en el usuario. Simulando, de cierta forma, la interacción con aplicaciones. Comenzaron las redes sociales y el auge de los blogs. Además de una mejorada integración de imágenes y videos que impulsó su difusión en todo el internet.
La Web 3.0
Ahora, es la Web 3.0 que llega bajo la promesa de cambiar por completo la forma de interactuar con el mundo mediante el internet. Esta vez, promoviendo la idea de la descentralización. Tal y como lo estamos viviendo con las criptomonedas y el blockchain. O, dicho de otra forma, democratizar el internet.
En este sentido, el blockchain figura como el pilar de la descentralización en la Web 3.0. Esto, debido a su infinito libro de registro que además de ser público, también es verificable. Donde todas las personas pueden acceder a él, desde cualquier lugar.
Entre una de sus grandes promesas, es el garantizar la privacidad y seguridad de sus usuarios al encriptar los datos que generan en la red. Realizando compras, interactuar en redes sociales o plataformas diversas con procesos seguros.
La descentralización más allá del 2021
En la actualidad, y a lo largo del 2021, la Web 3.0 entrega recompensas a sus usuarios con Tokens, mismos que tiene una infinidad de aplicaciones y usos. Como, por ejemplo, la moneda o los votos para influir en el futuro de la tecnología.
De esta forma, el valor que se genere dentro de internet, podrá ser repartido entre los mismos usuarios, empresas y servicios, con una interoperabilidad mejorada.
Por esta razón, es que los NFT’s guardan cierta relación con la Web 3.0. Mediante estos, las personas encontraron la manera de asignar la propiedad permanente a activos digitales. En consecuencia, el vínculo que existe entre los NFT, criptomonedas y Web 3.0 es la cadena de bloques.
Apoyados de un sofisticada Inteligencia Artificial y aprendizaje automático que se encargue de optimizar procesos o tareas que deban realizarse. Por lo que Etherium, se ha convertid en la cadena de bloques de mayor interés en la Web 3.0.
Lo cierto es que, esta revolución del internet, resulta un tema bastante nuevo y difícil de asimilar por muchas personas. En tanto, algunas compañías y empresarios multinacionales, han detectado el potencial que tiene y comenzaron a desarrollar nuevos productos o servicios que les permita integrarse a esta evolución y así, continuar expandiendo su riqueza en el mundo digital.
